Miquel Giménez-Vozpópuli
Entender la estrategia de Ciudadanos en el Congreso es tarea complicada; hacerlo con la de Cataluña es uno de los trabajos de Hércules
A ver. Inés Arrimadas se va a Madrid, desperdiciando el capital político que suponía para ella y su partido haber derrotado al separatismo. Bien, ella dice que no podía permitir que su futuro hijo creciera en una sociedad tan intolerante y fascista como la instigada por los lazis, pero, hija mía, esas cosicas se piensan y se dicen antes y no a toro pasado. Da igual, seguimos. Ponen en su lugar a Lorena Roldán, de la que no pongo en duda ni su bondad ni su buena voluntad, pero que ha resultado a efectos de la lucha contra los estelados lo mismo que arrojar una aspirina contra un tanque Leopard. Luego – o antes o después, que me hago un lío con estos sainetes – en unas primarias la militancia decide que sí, que vale, que aceptamos Roldán como candidata de compañía. Y todo eso para que ahora Inés, Inesita, Inés, lance un ukase desde los madriles y diga que el candidato ha de ser Carlos Carrizosa. Para este viaje no hacían falta alforjas, señoras y señores.
Porque si todo eso nos lo quieren vender como una sutil y sibilina maniobra que está dirigida a formar una imbatible coalición con PP y PSC para echar del gobierno al separatismo, a otro perro con ese hueso. De entrada, le atribuyen al PSC el rol de partido constitucional, cosa del todo incierta, inexacta, mendaz y de primero de política catalana. Segundo, que se mude de Roldán a Carrizosa no creo que provoque un estallido de júbilo popular en calles y plazas. Al momento presente, servidor no ha visto multitudes entusiasmadas gritando “ole ole, ahora se arregla la cosa, votamos a Carrizosa”; e, insisto, Carrizosa tampoco me parece un mal tipo, pero es que las buenas intenciones y la dureza parlamentaria se van por el desagüe constitucional cuando lo que pretendes es pactar con los socialistas de Iceta aquí y de Sánchez allí.
El socialismo sabe que la dentadura del partido naranja es postiza y que sus colmillos afilados reposan cada noche en un vaso de agua encima de la mesilla de Inés. Es lógico que no te respeten más que para que blanquees su infamia, su dejación, su egoísmo y sus ansias totalitarias. Claro que el buró ciudadano te dice que eso hace que Sánchez se vea obligado a alejarse de los separatas, de Podemos y hasta de vicios perniciosos como el tabaco o la ingesta abusiva de ajo, pero, miren, eso son excusas del pobre que sale a la calle con un palillo en los labios para fingir que ha comido. Sánchez pacta igual con Bildu que con el PNV, igual que el PSC tiene un pacto con Junts per Catalunya. ¿Y saben por qué no importa que pacte o no con ustedes? Porque Sánchez no tiene palabra ni conoce el sentido del honor, porque siempre será más fuerte que ustedes, porque los dientes que podrían morderle de verdad están extirpados, encima criticados por sus ex compañeros, porque creyeron ustedes que Arrimadas tenía una estrategia de partido y solo la tenía para su propio futuro político, porque ustedes, concejales, diputados, senadores de Ciudadanos, forman parte de un partido que ya no existe como tal y, o no se dan cuenta, o ya les va bien hacerse los tontos. Es tan malo el ejemplo que ha dado su lideresa que hasta Casado les copia, intentando configurar un partido de oposición que no moleste demasiado al gobierno, defenestrando a Cayetana, para luego aparecer y decir que eso no significa hacer una oposición más blanda. Hombre, no joda, don Pablo. Si lo que hacen PP y Cs es oposición, que baje Dios y lo vea.
No dudo que caiga algún ministerio o alguna que otra canonjía institucional a quienes se prestan a tan funesta estrategia, pero lástima de tantas ilusiones y de tanto esfuerzo
Total, que Carrizosa candidato, Ciudadanos a disposición de Sánchez para lo que guste pactar, el PP siguiendo la estela de esa “moderación” que parece ser que consiste en no decir la verdad y todos tan contentos. No dudo que caiga algún ministerio o alguna que otra canonjía institucional a quienes se prestan a tan funesta estrategia, pero lástima de tantas ilusiones y de tanto esfuerzo. Eso sí, todos son buena gente, aunque sería mejor que llegase alguien no tan bonachón, no tan pactista, no tan bon Jan que decimos en mi tierra. Vamos, que se pusiera al frente de la movida constitucional lo que venimos llamando un perfecto cabronazo, en el buen sentido, con redaños para plantar cara a este sin Dios, con las ideas claras, con voluntad de servir al país, a su gente, con el pensamiento limpio, con una idea de España igual para todos sus ciudadanos. A lo mejor lo hay, incluso en el mismo partido naranja, pero será difícil que lo pongan en algún lugar desde el cual pueda mandar. A esta gente siempre es mejor alejarla, que nunca se sabe.
Y sí, lo digo por Jordi Cañas.