El portavoz de los republicanos en la Cámara Baja, Joan Tardà, lamentó que sus aliados mantengan en Madrid una estrategia que cree un «sinsentido» si lo que persigue el soberanismo es evidenciar «la falta de legitimidad» de los organismos judiciales españoles para frenar la hoja de ruta hacia la independencia. Para Tardà, no se puede buscar el «desacato» a las instituciones del Estado como parte del proceso soberanista y, a la misma vez, buscar el amparo de la legalidad y la Constitución. «De hecho, la Constitución española está muerta en Cataluña desde que se produjo la sentencia [en 2010] que dinamitó un Estatut que previamente había sido refrendado por el pueblo catalán», sostuvo.
Las declaraciones ayer de Tardà en una entrevista con Efe coinciden con la decisión esta semana del Partit Demòcrata Català (PDC) –nueva denominación para Convergència– de recurrir ante el TC contra la pérdida del grupo parlamentario propio en el Congreso tras el veto que pactaron PP y Ciudadanos (C’s). Sin mentar en ningún momento al PDC, Tardà sí señaló durante su entrevista de forma explícita que «no tiene sentido» que partidos o instituciones catalanas acudan a un tribunal «corrompido en sus funciones».
El portavoz republicano amplificó sus reticencias al Govern o al Parlament de Catalunya, donde acumulan medio centenar de recursos ante el TC por suspensiones de leyes propias o resoluciones dictadas, precisamente, por el mismo Tribunal. Para Tardà, resultaría más «coherente» ignorar abiertamente al Constitucional y no presentar más recursos para evidenciar el rechazo del independentismo a un órgano «parcial» y que considera a la orden del PP. «Sólo hay que ver la afiliación política de sus miembros, empezando por su presidente [Francisco Pérez de los Cobos], que fue militante del PP».
Como alternativa a la vía del Constitucional, Tardà propone incrementar la desobediencia a un Estado «autoritario» y activar una fase que describió como «gandhiana», en referencia a la resistencia pacífica que el líder nacionalista indio Mahatma Gandhi presentó ante el poder colonial británico para lograr la independencia.
Según augura el republicano, «la reacción cívica y pacífica» de Cataluña será la única respuesta a un Gobierno «incapaz de negociar». En cambio, prevé que el Ejecutivo central incremente en los próximos meses su presión sobre el independentismo. «Amenazarán con la prisión y eso implica multas, imputaciones, inhabilitaciones y amenazas penales por desobediencia», tal y como sucede con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, para quien el Gobierno pide la imputación por no haber frenado que la Cámara celebrara la semana pasada el debate sobre el proceso constituyente vetado por el TC por incluir la celebración de un eventual referéndum unilateral.
«Estamos viendo cómo el Gobierno ya ha empezado a utilizar la violencia judicial y, donde antes había cañones y violencia policial, ahora están el Constitucional y el BOE», sostuvo Tardà, quien también comparó la actitud del Ejecutivo central con la de Gobiernos represores. Según Tardà, el Gobierno de Mariano Rajoy actúa en Cataluña como «la Serbia de [Slobodan] Milosevic o Turquía», en el caso de la represión sobre la población de origen kurdo. Unos ejemplos que contrastó con la actitud del Reino Unido en el caso del debate sobre la independencia de Escocia, donde se celebró un referéndum pese a que el Scottish National Party (SNP) obtuvo menos apoyo en las urnas que los partidos soberanistas catalanes.