EL MUNDO – 15/02/15
· Los republicanos se distancian de CiU y aseguran que ellos nunca han «metido la mano en la caja».
Esquerra se ha conjurado para convertir las elecciones municipales del próximo 24 de mayo en el primer asalto a la independencia de Cataluña y en la arena donde ganar terreno a una CiU dividida y dañada por las sombras de corrupción. Con la vista puesta en los comicios al Parlament del 27 de septiembre, el candidato de los republicanos a la Alcaldía de Barcelona, Alfred Bosch, no escondió ayer que la prioridad del partido pasa por usar las municipales para calibrar la fortaleza no sólo del desafío soberanista, sino también de su propio partido como catalizador del mismo. Bosch calificó la votación de mayo como «la primera vuelta de la libertad de Cataluña».
El partido, que ayer celebró su Consejo Nacional, optó por entregar todo el protagonismo de la jornada a Bosch para que desgranara la estrategia republicana para las municipales. El primer paso, señaló, es intentar el asalto a la capital catalana, actualmente en manos de Xavier Trias (CiU), defensor también del proceso soberanista. Sin embargo, Bosch aseguró que si ERC logra la Alcaldía de Barcelona «sería un paso de gigante» para alcanzar la independencia. «Si la capital del país lidera el proceso nacional daremos pasos de gigante», insistió. Además, vaticinó que el camino a la «República catalana» también estará medio andado si en el resto de Cataluña vence la opción de los republicanos –actualmente cuentan con 1.400 concejales, cifra que aspiran a elevar hasta los 2.000– frente a CiU, la otra pata del proceso soberanista.
Con los republicanos en el poder municipal, dijo Bosch, el polo soberanista tendría ya en sus manos «la hacienda, los censos, los barrios y los ciudadanos para construir una Cataluña independiente».
El candidato por Barcelona aprovechó también para evidenciar que, aun siendo socios estables de CiU y apoyar los Presupuestos del Govern, quieren mantenerse alejados de la federación nacionalista y mostrar perfil propio. Para ello, no dudó Bosch en lanzar durante su discurso varias cargas de profundidad a la federación nacionalista a cuenta de la corrupción. Precisamente, la misma semana en la que Artur Mas se ha convertido en el primer presidentede la Generalitat en activo en tener que comparecer en una comisión parlamentaria y, aún peor para la imagen de su partido, por el caso Pujol, el fraude fiscal de su fundador.
Una posición de debilidad que Bosch aprovechó para reclamar el voto para los candidatos republicanos. Según defendió en un auditorio donde le observaba en primera línea un discreto Oriol Junqueras, ERC garantiza a los catalanes «justicia social, limpieza política y República catalana».
El también diputado en el Congreso ahondó aún más en la herida de CiU y culminó su intervención –sin mencionar en ningún momento al partido de Mas– elogiando su pedigree en defensa de la transparencia frente al de la federación: «ERC tiene 84 años de limpieza, 84 años sin un solo sobre ni una comisión y sin meter la mano en la caja».
EL MUNDO – 15/02/15