EL MUNDO 21/06/13
«Cuando uno hace el discurso de otra formación siempre acaba ganando el original, nunca la copia». Así se lo advirtió hace un mes Josep Antoni Duran Lleida a sus socios en CiU y así quedó plasmado ayer con la certificación, vía encuestas oficiales de la Generalitat, de que la bandera de la independencia sólo le sienta bien a ERC.
Los datos del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) –el CIS catalán– que se hicieron públicos ayer sitúan a ERC como virtual vencedora si las elecciones catalanas fueran ahora. Una cita con las urnas de la que CiU, desgastada por el debate soberanista que ella misma alimenta y el ejercicio de gobierno de una Generalitat obligada a aplicar recortes, aumentaría un desplome que comenzó en las elecciones del 25 de noviembre.
Según los datos revelados ayer, los republicanos –con un 22% en intención de voto– escalarían de los 21 diputados actuales en el Parlament de Cataluña hasta una horquilla situada entre los 38 ó 39 escaños, arrebatando el liderazgo de la cámara a los convergentes y logrando los segundos mejores resultados en sus más de 80 años de historia. Un sorpasso en toda regla culminado por el batacazo de CiU, que pasaría de los 50 representantes actuales en la Cámara catalana a contar únicamente con entre 35 y 37 diputados, con un 18,2% en intención de voto.
La derrota en las encuestas fue asumida rápidamente ayer en CiU como un mal necesario por ser el partido en el Govern –«no es necesaria una encuesta para saber que nuestras medidas generan incomprensión», dijo su portavoz, Jordi Turull–, aunque no menguó su apuesta por el derecho a decidir, ya que la misma encuesta asegura que el 55,6% de los catalanes votaría a favor de la independencia y únicamente un 23,4% en contra.
También se le indigestan las encuestas al PSC, que dejaría en anecdótica su debacle en las pasadas elecciones autonómicas, pasando de los 20 escaños actuales –su peor resultado histórico– a un máximo de 16, con un discurso que viaja de la defensa del derecho a decidir hasta el rechazo a la independencia.
La misma cantidad de escaños acumularía ICV-EUiA, con un voto fiel que lo sostiene inamovible, y el PP catalán, que perdería un mínimo de cinco –ahora tiene 19–, arriesgando su plaza como primera fuerza constitucionalistaen Cataluña. Una condición ambicionada por Ciutadans, que según el CEO estaría logrando mayores réditos de su oposición frontal a la independencia. Seis meses después de lograr grupo parlamentario, Albert Rivera lograría 12 representantes. La CUP sería, de nuevo, una de las grandes sorpresas, al duplicar escaños, de tres a seis.