EL MUNDO 17/10/14
· Junqueras pidió entrar en el Govern y controlar las carteras clave para la votación
El intento de ERC por mantener viva la consulta del 9-N pese al veto del Tribunal Constitucional (TC) y la voluntad de Artur Mas de degradarla a un acto sin garantías legales llevó a los republicanos a proponer al president atrasar un mes la votación para ganar tiempo y tratar de esquivar la suspensión judicial. Su líder, Oriol Junqueras, además insistió en que su partido entrara en el Govern para asumir carteras clave para la celebración de la consulta. Ambas peticiones, sin embargo, fueron rechazadas por el jefe del Ejecutivo catalán.
Retrasar la votación fue uno de los órdagos finales a los que recurrió el líder de los republicanos, Oriol Junqueras, durante la tercera y última reunión discreta –aunque, como las demás, revelada por los medios– que mantuvieron los partidos favorables a la consulta el lunes por la noche en el Palau de Pedralbes de Barcelona.
Durante la reunión, el líder de los republicanos propuso la alternativa del aplazamiento, con la cual únicamente se había especulado, sin que ninguno de los negociadores llegara a plantearla en las reuniones anteriores. Fue la resistencia de Mas a mantener el pulso a la legalidad española la que empujó a Junqueras a pedir que se trasladara la votación al fin de semana del 7 de diciembre. Según fuentes presentes en la negociación, el republicano argumentó que con ese movimiento habría tiempo de modificar los dos aspectos suspendidos cautelarmente por el TC: la Ley de Consultas no refrendarias sobre la que se sustentaba el 9-N y el decreto de convocatoria que el president de la Generalitat firmó el 27 de septiembre.
Mas también rechazó la otra carta guardada por los republicanos. Junqueras pidió de nuevo entrar en el Govern y asumir las carteras de Gobernación y Presidencia, según aseguran fuentes conocedoras de la reunión. Ambas consejerías son clave para la celebración de la consulta, cuyo control pasaría a estar en manos de eventuales consellers de ERC. Además, Junqueras lograría, de paso, apartar a dos de los consellers con los que los republicanos han chocado en más ocasiones durante las negociaciones hasta que se rompieron el lunes: la vicepresidenta, Joana Ortega –de Unió y, por tanto, sin mayor compromiso con la independencia–, y el también portavoz del Govern, Francesc Homs.
Durante la reunión del lunes, además, la CUP se reveló como el único e inesperado compañero de viaje de Mas en su nuevo modelo de consulta. Los representantes de la izquierda independentista aceptaron la alternativa propuesta por el president, siempre y cuando éste cumpliera con 11 condiciones que le presentaron esa misma noche. Entre otras, reclamaban la puesta en marcha «inmediata» de la campaña del Govern sobre la votación –incluyendo un anuncio público de Mas esa misma noche– o bien nombrar a un Conseller de la Consulta. Mas valoró impracticables varias de las exigencias de la CUP.
Los representantes de ICV-EUiA, por su parte, se limitaron a exigir un 9-N tal y como estaba pactado o, en caso de suspensión, sustituirlo por una manifestación masiva.