Esquerra ya ha puesto sobre la mesa su condición estrella para apoyar al gobierno que debe formar Artur Mas en Cataluña. Los republicanos quieren que el president se comprometa a convocar la consulta independentista -con la que se presentó a las elecciones- el 11 de septiembre de 2013, coincidiendo con el primer aniversario de la manifestación de la Diada.La secretaria general de ERC, Marta Rovira, fue la encargada de anunciar el día que propone su partido para el referéndum. El hecho de que pretenda celebrarlo dentro de menos de 10 meses constituye una notable aceleración con respecto a la fecha más cercana que se había barajado hasta ahora: el 11 de septiembre de 2014.Tanto Esquerra -su dirección actual y también las anteriores, con Joan Puigcercós y Josep Lluís Carod-Rovira al frente- como otros partidos independentistas habían elegido 2014 como año simbólico, porque se cumplen 300 años de la derrota de los austracistas en la Guerra de Sucesión. Los nacionalistas sostienen que ese episodio supuso la abolición de las instituciones propias de Cataluña y el resto del Reino de Aragón.El propio Mas había afirmado que su «ilusión» sería celebrar la consulta soberanista ese año. Pero parece que los republicanos tienen ahora más prisa. Además de en el aniversario de la multitudinaria manifestación independentista de la última Diada, los republicanos piensan que, si deben dar apoyo a Mas -aunque sea desde fuera del Govern- y compartir así el desgaste de sus recortes sociales, que sea durante el periodo de tiempo más corto posible.Rovira también afirmó que las negociaciones formales entre su partido y CiU para asegurar la estabilidad parlamentaria del nuevo gobierno catalán empezarán a partir de mañana.La otra opción de CiU, toda vez que descarta entablar conversaciones con el PP, es el PSC. Sin embargo, esa posibilidad ya ha sufrido el primer revés serio. El líder del PSC, Pere Navarro, plantó al presidente de la Generalitat y anuló la reunión que estaba prevista para ayer entre ambos, molesto porque un dirigente nacionalista la había hecho pública.Navarro eligió este método para evidenciar las pocas ganas que tiene el PSC de gobernar junto a CiU, aunque formalmente alegó «motivos de agenda» para no reunirse con Mas. Con 20 diputados en el Parlament -su peor marca histórica-, los socialistas creen casi de forma unánime que no es momento de sacarle al president las castañas del fuego y prefieren permanecer en la oposición.Si se confirma esta postura del PSC, Mas está abocado a apoyarse en ERC, ya sea con un acuerdo de Gobierno o permitiendo que le dé estabilidad desde fuera. El presidente catalán ha convocado para hoy una rueda de prensa en el Palau de la Generalitat en la que dará cuenta, cinco días después de las elecciones, de los contactos que mantiene y cómo piensa enfocar las negociaciones, según fuentes cercanas a Mas.CiU en bloque es partidaria de compartir las riendas del Govern con ERC. Y crecen cada día las presiones en ese sentido. En cuanto al líder de ERC, Oriol Junqueras, insiste en convertirse en «jefe de la oposición», aunque garantizando que el nuevo Ejecutivo dispondrá en el Parlament de una «solidez gigantesca» -se refería también a la aprobación de los presupuestos- siempre que haya un acuerdo entre ambas formaciones sobre cuestiones básicas como la consulta soberanista.Pero, para que nadie pueda decir que deja de lado su alma social, Junqueras se preocupó ayer de reunirse con el líder de ICV, Joan Herrera, que en la noche electoral pidió que ningún partido de izquierdas facilite la investidura de Mas.