ABC 15/03/13
La izquierda acusa a los republicanos de traición por avalar el recorte a funcionarios
La transición nacional por encima de todo principio ideológico. ERC volvió ayer a salvar a CiU de perder una votación en el Parlamento de Cataluña, y después de que hace dos semanas los republicanos impidiesen que prosperase una moción para que el presidente Artur Mas diese explicaciones por el «caso Palau», el partido de Oriol Junqueras salió de nuevo en socorro de sus socios. En esta ocasión, CiU y ERC unieron fuerzas para tumbar sendas mociones de PSC y Ciutadans en contra del último ajuste aplicado a los funcionarios de la Generalitat, en concreto la supresión de una paga extra en 2013.
El acuerdo de legislatura entre Mas y Junqueras viene funcionar como un contenedor con cabida para todo, en el que los republicanos pueden incluir desde un impuesto a las bebidas azucaradas hasta la fecha tope para convocar el referéndum de autodeterminación. También, y como explicó la pasada semana Oriol Junqueras, la condición de culpar al Gobierno de los recortes que deban aplicarse para ajustarse a los objetivos de déficit, incluida la última vuelta de tuerca a los funcionarios.
Que una medida que impacta tan directamente en las condiciones de trabajo de los empleados públicos fuese avalada por ERC llevó al resto de partidos a denunciar el doble lenguaje de los republicanos. Para el PSC, el voto de ERC «entierra en cal viva el giro social que habían prometido», en palabras de su portavoz Jaume Collboni. Desde CC.OO se acusó a ERC de «traicionar» a los trabajadores públicos y dejar a los sindicatos sin margen para negociar.
ERC trató de salvar la cara presentando un acuerdo con CiU que introduce algunas salvedades al paquete de recortes, mientras que el partido de Artur Mas, en cumplimiento del acuerdo con los republicanos, volvió a culpar al Gobierno de los recortes que se aplican en Cataluña.
Cumbre fracasada
No haber perdido la votación de ayer en el Parlament es quizás la única buena noticia en el terreno económico que el ejecutivo nacionalista puede esgrimir esta semana. Con la elaboración de los presupuestos congelada a la espera de que la UE, y por extensión el Gobierno, llegue a flexibilizar el objetivo de déficit del 0,7% para las comunidades, el gobierno de Artur Mas se vio obligado ayer a suspender una cumbre en favor de la recuperación económica.
Si en su momento el presidente catalán tuvo la idea de convocar una cumbre anticorrupción sin el concurso de los partidos políticos, ahora planeaba para este sábado un encuentro en favor de la recuperación económica sin contar con patronal y sindicatos. La cita, una propuesta del PSC en campaña electoral, iba camino de convertirse en una nueva y estéril foto de políticos tras una mesa, una escenificación que el resto de partidos rechazaba. Desde la Generalitat se deslizó que los agentes sociales declinaron su presencia, a lo que estos contestaron que ni se les había invitado. Camino del fracaso, Artur Mas anunció ayer que desconvocaba la reunión.