LIBERTAD DIGITAL 31/05/16
Las relaciones entre ERC y el ambiente proetarra son magníficas, casi tan excelentes como las que mantienen los radicales con los satélites políticos de ETA. Tanto ERC y la CUP se disputaron el puesto de anfitrión de la última visita de Arnaldo Otegi a Barcelona. Le recibieron con honores en la cámara regional y montaron un mitin en la capital catalana para celebrar la excarcelación del exterrorista, un acto en el que Otegi fue presentado como un héroe cívico de la «lucha» del País Vasco contra la «opresión» española. Los fastos dieron lugar a imágenes inusuales, como el que toda la cohorte separatista empleara el idioma español para que sus colegas vascos se enteraran de las soflamas.
Tras la exaltación de Otegi, los republicanos se mostraron tan satisfechos con la reacción en los medios nacionalistas que han decidido incrementar sus relaciones con los compañeros euskaldunes y acompañar la campaña de Otegi a la Lehendakaritza. Sin embargo, no quieren que interfiera en su montaje para las generales, donde pretenden ratificar el sorpasso respecto a Convergencia y acercarse a los podemitas catalanes, vencedores de largo en los últimos comicios en Cataluña.
Según La Vanguardia, Otegi se ha dejado ver este lunes por Corbera del Llobregat, pero la convocatoria de mitin está prevista para el 2 de julio, una vez pasada la repetición de las generales. Algunas personas han manifestado al diario del Conde de Godó que habían visto pasear por sus calles al estandarte proetarra, pero la Generalidad ha explicado que la presencia de Otegi en Cataluña no está constatada y que el nuevo acto de exaltación de su persona está previsto para el 2 de julio, una vez hayan pasado las generales.
Aún así se prevé el apoyo de Joan Tardà y de Gabriel Rufián así como las planas mayores de ERC y de la CUP.
Cataluña se ha convertido en El Dorado de Otegi. Mientras en el País Vasco las encuestas predicen en una posición discreta de Sortu, en el separatismo catalán se confía en un triunfo proetarra en las próximas autonómicas vascas que dé lugar a una pinza terminal contra España.