ABC 10/09/13
· Sus socios y su propio partido marcan al presidente las líneas rojas ante un eventual diálogo con el Gobierno Mas equipara la cadena de la Diada con la «marcha sobre Washington» liderada por Luther King contra la segregación racial
· El siglo de la «plena libertad» Mas asegura que en el siglo XXI «recuperaremos nuestra plena libertad, es nuestra vocación histórica»
Ni Esquerra Republicana (ERC) ni Convergència Democràtica (CDC) están dispuestas a aflojar la presión sobre Artur Mas. Si se da por descontado que es el partido de Oriol Junqueras el que lidera la vanguardia independentista, forzando el tempo del «proceso» aprovechando la debilidad parlamentaria de CiU, es también ahora el partido del presidente catalán el que no acepta dar un paso atrás, y menos en un ambiente de exaltación como el que rodea los días previos a la Diada del 11 de septiembre.
En este contexto, la posibilidad de que el Gobierno y la Generalitat hayan abierto algo parecido a un proceso negociador, después de que Mas dijera renunciar a la consulta si no consigue que sea «pactada o tolerada», recibió ayer respuesta por parte de ERC y, sobre todo, de CDC, que de alguna forma le enmendó la plana a su propio presidente. «La decisión no tiene marcha atrás y no renunciaremos al derecho a decidir a cambio de una mejora de la financiación o cualquier otro planteamiento. Queremos decidir tener un Estado propio, la libertad, este es el planteamiento que hacemos», afirmó ayer en rueda de prensa el secretario de Organización de CDC, Josep Rull.
Oriol Junqueras (ERC) apretaba en la misma dirección: «Nuestro objetivo y prioridad es celebrar el referendo en 2014. ERC no se plantea ningún escenario de elecciones anticipadas, ni que sean plebiscitarias».
Declaración unilateral
Más allá, la posibilidad de que el Gobierno llegue a aceptar, o tolerar, una consulta con varias alternativas, como apuntó el propio Mas, es descartado tanto por ERC como por su propio partido. Del mismo modo, y si hace pocas semanas el presidente catalán renunciaba a la posibilidad de plantear una declaración unilateral de independencia, lo que se conoce como la «vía Kosovo», su partido manejaba ayer esta opción dentro de las posibles una vez se forme nuevo Parlament en 2016 tras unos comicios plebiscitarios. «El derecho a decidir no se negocia», sentenció Rull.
En este clima, en el que CDC oscila entre el posibilismo de la negociación y el gesto arrojado de la declaración unilateral, el presidente Artur Mas inauguró ayer el Born Centro Cultural (BCC), el equipamiento cultural de 74 millones de euros sobre el que pivotarán los actos del tricentenario de 1714. Sobre las ruinas de lo que fue la ciudad derruida en el sitio que dio fin a la Guerra de Sucesión, Mas, en tono épico, aseguró que el siglo XXI es el siglo en el que «recuperaremos nuestra plena libertad, es nuestra vocación histórica». En este contexto, señaló que «nuestras armas no son ahora las mismas que en 1714 sino que ahora son la democracia, el espíritu cívico y la movilización», aprovechando este punto para hacer un llamamiento directo a la participación ciudadana en la cadena soberanista de la Diada.
Dejándose llevar por el espíritu patriótico del momento, Mas comparó la cadena humana con la «marcha sobre Washington» de 1963 que lideró Martin Luther King,