En esta entrevista, Nicolás Redondo se muestra preocupado porque «los frutos de la Constitución sean irreconocibles con el tiempo. Pero me preocupa mucho más que dinamitemos el espíritu de la Transición, precisamente, ese que hizo posible los productos institucionales y el hecho de que estemos viviendo como estamos viviendo».
-El pasado noviembre se celebró el tercer Encuentro Cívico en Bilbao ¿Podría darnos su opinión sobre el resultado del mismo?
-El hecho de que sea el tercero, es un éxito en si mismo. Si además, este tipo de Encuentros permite reunir a más de 20 asociaciones y que, ciudadanos de diferente ideología que creen en la Democracia y buscan la Libertad se reúnan y trabajen conjuntamente, sólo podremos calificar estos ACTOS como verdaderos éxitos. Reivindicar el papel de las víctimas del terrorismo nos tiene que llenar de orgullo y nos ayudará, sin duda, a SUPERAR EL HORROR que ha causado el terrorismo.
-En las conclusiones ha quedado reflejado que “no se exija ningún precio moral a las víctimas, ya que sólo los asesinos tienen obligación moral por el daño causado” ¿Significa esto un no a la negociación con los terroristas?
-Significa un No a la negociación con los terroristas, no sólo por lo que usted comenta, sino que de una lectura de las conclusiones de este III Encuentro, lo único que se puede deducir es que, la dignidad y el futuro de las víctimas y de la sociedad en general, pasan por la absoluta derrota democrática de los terroristas.
-La Fundación Para La Libertad se ha convertido en un espacio de encuentro entre personas de diferentes ideologías que trabajan juntas sin ningún tipo de problemas ¿Cree que podría extrapolarse esta experiencia al campo político, de partidos, y a la sociedad civil vasca?
-Considero no solo posible y deseable, sino imprescindible que PP y PSOE, el partido que gobierna y el que puede gobernar, se pongan de acuerdo sobre cuestiones de Estado tales como la lucha contra el terrorismo, reformas constitucionales o estatutarias, política exterior, educación, etc. Si no lo hacen, pronto clamaremos por soluciones que han adoptado otros países europeos con menos problemas que nosotros.
-En la Fundación hay numerosas personas de gran peso específico, tanto cultural como político y personal ¿Cree que la Fundación podría llegar a ser una especie de laboratorio de ideas y propuestas que fuera tenida en cuenta por las instituciones políticas?
-La Fundación no es ni debe ser un Think Tank, no sustituye ni debe sustituir el papel de los partidos políticos; pero a mi juicio, sí es fundamental debatir y compartir las ideas que van dirigidas desde la “Fundación para la Libertad”, hacia el fortalecimiento de la sociedad civil española. Creo que hay que hacer un gran esfuerzo, un extraordinario esfuerzo por parte de los que podemos hacerlo. No sólo de los partidos políticos que como he dicho antes tienen un papel claro y definido, sino de todos los que, de un modo u otro, tenemos capacidad de influir en el fortalecimiento de una sociedad civil que no pueda ser manipulada.
-Durante el pasado encuentro, destacó la intervención de Joseba Arregui, una persona que llega del nacionalismo y que ha incorporado a su discurso razonamientos y actitudes de especial importancia, libres de cualquier tipo de complejo ¿Cree que a Arregui le seguirán otros nacionalistas?
-El discurso de Joseba Arregui es impecable desde un punto de vista democrático. Abogar, como hace él, por la derrota política de ETA, debería unirnos a todos. Desgraciadamente, hasta ahora esto no ha sido así. Existen honrosas excepciones como la de Joseba o Emilio Guevara que ojalá fueran seguidas por otros nacionalistas. Me temo que hoy por hoy será difícil ver más ejemplos de este tipo, máxime cuando las posiciones políticas actuales de los nacionalistas han dejado de ser criticadas por aquellos que podían ser su alternativa, para pasar a ser reconocidas y recompensadas.
-Algunas asociaciones cívicas han iniciado una campaña a favor de la unidad de España. ¿Cree, al igual que ellos, que los nacionalismos-separatismos están poniendo en peligro el marco de convivencia que logramos con la constitución de 1978?
-Estar a favor de la unidad de España es tan legítimo o más que lo contrario. No estoy en contra del fortalecimiento de los hechos autonómicos. Bien al contrario. Pero también creo que para cualquier reforma de carácter constitucional –incluidos los estatutos de autonomía-, es necesario un acuerdo previo entre el partido que gobierna y el partido que puede gobernar. No se pueden encarar reformas de nuestra estructura constitucional sin ese acuerdo que supondría entender las razones del otro para defender posiciones contrarias. Así se recuperaría el espíritu de la transición. Me preocupa hoy en día que algunos de los frutos de la Constitución sean irreconocibles con el tiempo. Pero me preocupa mucho más que dinamitemos el espíritu de la Transición, precisamente, ese que hizo posible los productos institucionales y el hecho de que estemos viviendo como estamos viviendo. Lo que predominó en aquella Transición fue justamente la voluntad, la vocación, el interés, el deseo de entender las razones del adversario
-Teniendo en cuenta que es imposible negar la existencia de valores y principios tanto en la derecha como en la izquierda, y que desde las dos posturas ideológicas se ve con preocupación la actual situación de España. ¿Por qué no es posible un pacto entre PSOE y PP que reconduzca la situación?
-Vengo repitiendo hasta la saciedad y abogando allí donde he tenido ocasión de hacerlo, por un gran pacto PP y POSE para las cuestiones de Estado que he señalado en una pregunta anterior. Este Pacto deberá inspirarse en la misma voluntad que se inspiró el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Yo tuve que ver entonces en la génesis de ese Pacto. Sinceramente, hoy no puedo saber cuales son las razones para que no sea posible un Pacto similar, salvo que esas razones sean de pura táctica política y por lo tanto, obedezcan a una visión política cortoplacista y lejana de la estrategia política que requerirían asuntos tan importantes como los que están en juego. Por cierto, en las ultimas semanas, esto que algunos venimos diciendo desde hace mucho tiempo, también forma parte del discurso político de relevantes socialistas que en el pasado formaron parte de la dirección del Partido.
-Para finalizar, una pregunta personal. A muchos nos gustaría conocer sus planes de futuro ¿Podremos votarle en próximas convocatorias electorales?
-Me temo que de momento no va a ser posible. Nunca me he planteado la política como una profesión. Cuando abandoné la política activa, lo hice con todas las consecuencias. Esto no quiere decir que no siga defendiendo los principios que han inspirado foros como la Fundación para la Libertad.
MINUTO DIGITAL, 22/1/2006