Es necesario que Feijóo concrete

JUAN CARLOS GIRAUTA-ABC

  • A algunos no nos engañan nunca más, venimos escarmentados y tenemos preguntas específicas

Por desbrozar un poquito el asunto, no se nos vaya a escapar la gran oportunidad de julio discutiendo sobre el moderantismo y el sexo de los ángeles: lo esencial es si el próximo Gobierno, con su previsible suficiencia parlamentaria, va a hacer lo que esperan los votantes de la mayoría en que se apoyará. Más allá de la economía; todos ellos entenderán, o han entendido ya, las políticas restrictivas a las que obligará el marronazo que deja el sanchismo. Lo que espera el votante medio de PP y Vox es que arranque la cizaña sembrada durante el quinquenio negro. Llámese a esto derogación del sanchismo o regeneración, es lo mismo. Que a los gatos viejos y escaldados no nos basta con las bellas palabras, con los lemitas de campaña, con que nos alegren los oídos. Queremos y exigimos concreción. A un entregado joven de Nuevas Generaciones lo pueden engañar, sí, y bien que pagarán su desprecio del talento, su habitual prima al mediocre. Pero a algunos no nos engañan nunca más, venimos escarmentados y tenemos preguntas específicas para el señor Feijóo. Aquí van algunas.

¿Derogará la Lomloe? ¿Devolverá la historia cronológica al currículo de secundaria? ¿Acabará con la inmersión lingüística, es decir, respetará y hará cumplir la sentencia sobre las lenguas vehiculares en la escuela? ¿Derogará la ley Trans? ¿Acabará con la autodeterminación de género, con el borrado de la mujer y con la mutilación y hormonación de adolescentes? ¿Reformará el sistema de elección de los miembros del CGPJ? ¿Atenuará la desproporción entre el valor de los votos según territorios? ¿Derogará la Memoria Democrática? ¿Explicará de una vez su postura sobre la historia reciente, de modo que sus votantes sepan si les representa usted o no en esa materia? ¿Derogará la ley Sisí volviendo a la diferenciación de tipos? Y en la nueva norma, ¿mantendrá la actual penalización menor de la violación? ¿Renunciará al lenguaje ‘woke’? ¿Reintroducirá el delito de sedición para que España salga de su actual indefensión ante un golpe de Estado posmoderno? ¿Reformará la ley de modo que nunca más un tribunal pueda argüir la vaporosa teoría de la ensoñación, penetración psicológica imposible y tramposa? ¿Devolverá la malversación a su forma anterior? ¿Desmantelará la mesa de negociación entre Cataluña y España (¡en pie de igualdad!) y renunciará a cualquier forma disimulada de tal aberración? ¿Impulsará en la UE la reforma de la euroorden a fin de hacerla siempre eficaz, impidiendo a jueces extranjeros entrar en el fondo de asuntos juzgados y anunciando nuestra salida del sistema en caso contrario? ¿Equiparará por fin los salarios de todos los cuerpos policiales de España? ¿Pondrá punto final a la sumisa entrega de nuestros intereses nacionales a Marruecos? ¿Investigará las causas del volantazo español en el Sahara? Hay más preguntas. Las personas maduras necesitan concreción.