Del Blog de Santiago González

El político que nos hace las veces de presidente del Gobierno había dicho ‘preveer’ en su comparecencia del sábado por la noche y el inefable ministro del Interior le conjugó el gerundio el lunes: “preveyendo”, dijo Marlaska el lunes ¡dos veces! en un mix imposible del verbo prever como si fuese proveer. Antes había confundido no solo  la conjugación; también el significado, cuando anunció el 17 de octubre de 2019 que “estamos preveyendo de Policía Nacional a Cataluña”. Aquello me sobresaltó mucho, yo admiraba y así lo puse por escrito, a Marlaska, en mi opinión, “el autor de la mejor prosa judicial de España”. Comprendan mis sobresaltos, que empezaron en un programa de ETB titulado ‘Por fin, viernes’, en el que acertó a decir: “Me gustaría que alguien me diría”.

Bueno, pues ayer compareció el mandante a las seis de la tarde para explicar las decisiones del Consejo de Ministros sobre la desescalada. Fueron 78 minutos y como en sus apariciones anteriores, total, para nada, con las palabras inadecuadas y una sintaxis que hacía juego. Luego decía lo que decía; a Juande Colmenero, al referirse “al modo en que hicimos el último estado de alarma, que es precisamente el que ahora estamos disfrutando”. Eso es lo que su Marlaska llama “un lapsus”, una verdad que se abre paso entre palabras inadecuadas. (A las 18:37)

Eso no quiere decir en modo alguno que el doctor Trolas renunciase a la mentira, que es su punto fuerte. En respuesta a la última pregunta de la  periodista de CNN: “¿Por qué es tan difícil aumentar el número de pruebas en nuestro país?” dijo que España está realizano muchísimos test, uno de los que más: “Ayer, por ejemplo, conocíamos el dato de la OCDE que nos situaba entre los 10 primeros países y hoy hemos conocido otro estudio de la Universidad John Hopkins, que no nos sitúa en el puesto 8º, como hacía ayer la OCDE, sino en el número 5 del mundo en la realización de test”. (A las 19:08)

Precisamente ayer conocíamos el making of de este bulo: El Gobierno hizo un informe en el que sostenía que aquí se hacen más test que en ninguna parte. Para demostrarlo suma los test PCR y los test serológicos, y le envía la suma, el totum revolutum, a la OCDE, que lo reproduce  en plan agregado. Luego, La Moncloa, de eso se encarga Iván,  empieza a pregonar la buena nueva, citando un informe de la OCDE como fuente. La OCDE  ha bajado la calificación de España del puesto 8º al 17º de entre los países miembros. El número de test por cada mil habitantes no es 28,6, sino de 22,3, ocho décimas por debajo de la media  de la Organización. El secretario general de la OCDE, Angel Gurría, mostraba una cierta incomodidad ante la mezcla de los datos: “No es un concurso de belleza, no se trata de estar viendo rankings”, mientras tres investigadores de la Universidad de Oxforsd, Max Roser, Edouard Mathieu y Ortiz Ospina, explicaban muy puestos en razón que la clasificación de España de la que blasonaba Sánchez carecía de sentido por la suma de los test PCR y las pruebas serológicas, mientras el resto de los países solo tienen en cuenta los primeros.