- ¿Qué hace el periodismo de verdad? Recordar que lo sabía hasta el Tato, que el propio medio lo había publicado, y ponerse con nuevas investigaciones al respecto
Nadie lo ignoraba, y hasta lo habían mencionado un montón de medios de comunicación. Por supuesto, no los públicos. Ni los que dependen de concesiones oficiales, ni los que perecerían sin el arbitrario reparto de fondos del erario con el que todas las administraciones tienen domados a aquellos obligados al control y la critica. Una responsabilidad que ha olvidado la mayor parte de la ciudadanía por falta de costumbre. Con lo que van perdiendo su ciudadanía para tornarse súbditos, masa amorfa tendente a concebir el periodismo como una forma de complacer al poder. No, queridos, no, eso se parece más a la prostitución. Y hablando del negocio que ha dado de comer a Sánchez y financió un par de primarias —entre ellas las de los cuatro del Peugeot—, cerremos el círculo por donde se abrió: nadie lo ignoraba.
Sin duda, que Feijóo mencionara lo sabido fue un pistoletazo de salida, desplegó un abanico de interpretaciones cuyo tenor, escándalo, estupor e intensidad nos lo dice todo sobre cada medio. De ahí el interés máximo del asunto. De ahí, insisto. No de que alguien formule lo que nadie ignora. Que la sociedad es una red de hipocresías no lo voy a descubrir ahora, ni ustedes tampoco. Así pues, sin perder un segundo, analicemos las reacciones; por algo son la única lección de este lamentable y sórdido asunto.
(Una vez la lección principal quedó aprendida por todos años ha: mientras el discurso de una organización política en torno a la sexualización de la mujer y a la prostitución no se diferencie del que cabe esperar de unas ursulinas, dicha organización puede permitirse una cúpula de babosos machirulos que objetualizan a las mujeres por sistema —incluyendo a sus compañeras, cariño, pájara—, donde los más cercanos al líder padecen una espectacular adicción al sexo de pago —siempre que sea con dinero público— y donde el mismo líder ha financiado su carrera hacia el poder gracias a proxenetas de la familia de su esposa.
Ahora, las reacciones. ¿Qué hacen los medios del régimen? Negar la realidad, despistar, mentir como bellacos. A estos habrá que responderles que la prostitución no está penada, lo que está penado es el proxenetismo, y por supuesto la trata. Las cositas de la familia política del presidente, vamos, porque si A paga a B por sexo y C se lleva una parte, C es proxeneta. Punto. Los mil tertulianos progres súbitamente expertos en saunas gays no cambiarán eso. ¿Qué hacen los medios que desean simplemente estar a bien con el poder, sea este de quien sea? Calculan que Sánchez perderá, pero en dos años, y simulan una enorme consternación sin acabar de pronunciarse. Ejemplo: «Si esto resultara ser cierto, quizá los socialistas deberían reflexionar un poco». ¿Qué hace el periodismo de verdad? Recordar que lo sabía hasta el Tato, que el propio medio lo había publicado, y ponerse con nuevas investigaciones al respecto. Lo de Entrambasaguas, vamos, que no necesita pistoletazos de salida de Feijóo ni de nadie.