Chencho Arias-ABC
Sánchez, entre Maduro y Guaidó
Me parece un bochorno. Soy diplomático e iberoamericanista, empecé mi carrera allí y la culminé siendo secretario de Estado para Iberoamérica. No he estado 38 veces en Venezuela, como Zapatero, pero sí las suficientes, allí y en las naciones de esa región, para saber que la actitud de nuestro presidente con el dirigente venezolano Guaidó no es de recibo. Un importante líder democrático de un gran país pasa por España y Sánchez no tiene tiempo para recibirlo. Sí lo han encontrado otros presidentes. Hubo épocas en que nuestros presidentes, Suárez, Calvo Sotelo, González, Aznar… lo tenían para recibir a los demócratas de la oposición iberoamericana. Guaidó es incluso algo más pues es el legítimo presidente. Sánchez seguro que lo recibiría si quien nos visita fuera un político de izquierdas que enfrenta a un autócrata de derechas. Entonces, habría alfombra roja, quizás almuerzo y declaraciones de apoyo a un «valiente que lucha pacíficamente contra un dictador». ¿Se imaginan lo que habría hecho Sánchez con un socialista chileno que nos visitara cuando allí imperaba Pinochet? Se habría metido en la cama ditirámbica con él. Con Guaidó, no. Este se opone al impresentable Maduro, amigo de ya sabemos quién, y entonces no huele bien. Ni siquiera para pasar 40 minutos de charla. (Recuerdo al lector que el dictador Pinochet dejó el poder cuando perdió un plebiscito mientras que Maduro lo acapara torticeramente después de ser vencido en las urnas).
No sé si, además, el esforzado ministro Ábalos ha estado charlando en el aeropuerto con una persona que tiene prohibido pisar la UE. Tampoco entro en si alguien de nuestro gobierno ha hecho «un faisán»( ya ocurrió con ETA) avisando a la vice venezolana de que no se le ocurriese pisar suelo español. Tampoco me alargo a rebatir a Zapatero, lo curioso es que le encanta mediar y blanquear pero siempre con personajes sospechosos. ¿Pensará nuestro risueño expresidente que los casi cinco millones de exilados venezolanos son debidos en su mayor parte a las sanciones estadounidenses? ¿Comprará infantilmente la sandez cubana de que las penurias en La Habana y en Caracas obedecen al bloqueo estadounidense, bloqueo que sólo ha existido 17 días en 60 años?
Adivinanza: ¿Quién la ha pedido a Pedro Sánchez que no le dé cámara a un enemigo de Maduro? Usted y yo, no. En la Embajada de Estados Unidos en Madrid piensan que su nombre empieza por P y su apellido termina en s. ¿Habrán los pérfidos yanquis tomado nota?