EL CORREO 15/09/14
· Ve al soberanismo catalán como el principal beneficiario de un triunfo de la independencia
Cuando a Alex Salmond le preguntaron por Cataluña el pasado jueves, en el que cientos de miles de independentistas festejaron la Diada con una multitudinaria V reivindicativa en las calles de Barcelona, el ministro principal escocés subrayó que la diferencia clave entre el histórico proceso que él impulsa y la consulta abanderada por Artur Mas es que la suya ha sido fruto del consenso, «la mejor manera de llevar a cabo un referéndum de independencia». «Pero no soy quién para aconsejar a nadie», puntualizó el líder escocés, cuyo partido, el SNP, comparte grupo en Estrasburgo con la misma Esquerra que ha llamado a la desobediencia civil para hacer frente a la eventual prohibición del 9-N por el Constitucional.
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Referéndum pactado El lehendakari Urkullu y el PNV se han declarado abiertamente partidarios del «método» británico
Pero, pese a que el modelo escocés, asentado sobre una negociación previa entre Westminster y Edimburgo, y el órdago unilateral catalán poco tienen que ver entre sí, lo cierto es que Escocia en particular, y el Reino Unido en general, miraban el pasado ‘onze de setembre’ a la colorista exhibición de fuerza en Cataluña, a la que ven como la inmediata ‘retaguardia’ del secesionismo en Europa y a su movimiento independentista como el más probable beneficiario de un triunfo del ‘sí’ el próximo jueves. El lehendakari Urkullu y el PNV se han declarado abiertamente partidarios del «método» basado en el acuerdo que ha hecho posible la «cita con el destino» que, en palabras de Salmond, tiene su país el jueves, pero el reflejo que a los escoceses les devuelve su propio espejo está algo más al Este de la península ibérica.
«¿Tiene Cataluña alguna posibilidad de ser independiente?», preguntan, para añadir educadamente a Euskadi cuando identifican a su interlocutor como vasco. También se muestran curiosos sobre la continuidad del Rey y del ejército en caso de secesión, una pregunta extraña para catalanes y vascos, pero que encaja perfectamente en la independencia ‘light’ a la escocesa y en las promesas de Salmond de mantener a Isabel II como soberana y la libra como moneda. Y se sorprenden al saber que Euskadi diseña ya su propia política fiscal y recauda sus impuestos gracias al sistema de Concierto, deseosos de saber si la experiencia ha resultado positiva para el bolsillo de sus habitantes.
«Punta de lanza»
En todo caso, la calle evoca a Cataluña, sin alusiones a Euskadi, si se habla de España y el derecho a decidir. Y lo mismo sucede con la opinión publicada, que ve al bloque soberanista capitaneado por el presidente de la Generalitat «inspirado» por Escocia y contagiado de la «fiebre independentista» que el 18 de septiembre habría desatado en toda Europa. Eso, a pesar de que el origen de la consulta del próximo 9 de noviembre habría que buscarlo más bien en la multitudinaria Diada de 2012, que hizo creer a Artur Mas que podría recoger pingües réditos políticos si convocaba la consulta y, de paso, unas nuevas elecciones al Parlament.