DIARIO VASCO, 18/5/12
El Congreso sobre Memoria y Convivencia sirvió ayer para hacer un repaso al papel que el mundo de la cultura vasca ha jugado ante el terrorismo y el que deberá jugar, tras el cese decretado por ETA, en favor de una memoria ajustada a la realidad de lo acontecido en Euskadi. Los escritores Luisa Etxenike y Luis Haranburu Altuna reconocieron, en un gesto de autocrítica, el «silencio ominoso» que ha existido desde este campo ante la violencia de la banda, al tiempo que asumieron la «gran responsabilidad» que tiene el arte para «conservar la vigencia» de lo ocurrido. En definitiva, para no caer en el olvido. «No será una tarea fácil, pero sí apasionante», expresó Echenique.
Los dos escritores vascos participaron, junto al productor Elías Querejeta -autor de varias películas documentales que abordan el sufrimiento causado por el terrorismo-, en la cuarta jornada del congreso organizado por el Gobierno Vasco en Bilbao con el objetivo de analizar, desde diferentes perspectivas, el reto al que se enfrenta la sociedad vasca, no solo las instituciones, para afianzar la paz y caminar hacia una convivencia normalizada. Haranburu admitió que «el mal se ha encarnado con fuerza y ha hecho que gran parte de la sociedad haya vivido narcotizada durante decenios, y las víctimas hayan caído en el desamparo más atroz». «Nuestro pueblo tiene esta carga y con el tiempo tenemos que liberarla», expresó. Ahora bien, advirtió, «la historia que se quiere escribir no ha concluido. Lo importante en un relato es el inicio, el nudo y el desenlace; y ETA sigue ahí».
Haranburu criticó la existencia durante décadas en la literatura vasca de lo que bautizó como el «canon abertzale», por el cual solo se consideraba escritor vasco a aquel que escribía en euskera, profesaba una ideología abertzale y mantenía una expresión artística no crítica con ETA. Puso en valor así la obra de autores como Miguel Unamuno, Toribio Etxebarria o Mario Onandia. «De este último, por ejemplo, solo se conoce su faceta política», señaló. En esta línea, subrayó que el nuevo escenario abierto en Euskadi debe servir para «deconstruir no pocos tópicos interesados», que han «impedido una convivencia moderna». «Nuestra cultura debe desnacionalizarse, hay que dejarla de ver como un instrumento para construir no sé qué nación», manifestó. «La cultura -añadió- debe de ser el punto de encuentro entre vascos que piensan diferente».
Echenique, que remarcó que «la convivencia es cuestión de conciencia», afirmó que «el arte va a tener un papel protagonista» en esta nueva etapa, apelando «no solo al pensamiento, sino al sentimiento», la «empatía» hacia las víctimas. «Debemos evitar clichés y huir de lugares comunes. Tenemos el reto de crear obras que puedan trascender el espacio y el tiempo», expresó.
DIARIO VASCO, 18/5/12