- Dile al gran simio Peter Singer que nos lo iguale. Dale una tablilla de arcilla al mono, Singer. No, dale un almacén de grano. No, dile que lo recoja él. Peter Singer es un malhechor premiado por el BBVA y muy respetado por la academia
El abajofirmante es un animal digno de observación. No consta que apareciera tan pronto como la escritura, aunque tampoco podemos descartarlo a la ligera. En Mesopotamia buscaban la forma de inventariar el grano porque, cuando se tiene algo, lo primero que hay que saber es cuánto. Y así, de la tediosa logística, la humanidad saltó a Borges. No he hallado pruebas de la aparición de abajofirmantes puros hasta la Edad Contemporánea. Un suspiro, un instante para las constelaciones. El período de tiempo en que se obró el milagro «grano-Borges» nos parece largo y trabajoso, pero no lo es. La culpa la tiene nuestra perspectiva humana, venimos limitados de serie para la comprensión del tiempo. Reputamos ficticio lo que supere las tres o cuatro generaciones. Cinco te concedo, y ni una más. Quizá con la excepción de Miguel Ríos. Sin embargo, para el tiempo del universo, finito, sí, pero inimaginable, entre aquel encargado de almacén original que dejó la primera marca de estilete en un cacho de arcilla húmeda y aplanada, y la redacción de la Divina Comedia hay poco más de cuatro mil años. En todo caso no llegan a cinco mil. Nada. Para ti, sí. Para Ana Belén, no sé. Nada para las dimensiones cósmicas.
Dile al gran simio Peter Singer que nos lo iguale. Dale una tablilla de arcilla al mono, Singer. No, dale un almacén de grano. No, dile que lo recoja él. Peter Singer es un malhechor premiado por el BBVA y muy respetado por la academia. Lo de malhechor viene de los explosivos que ponía su club (Animal Liberation Front) en los setenta allí donde creían que se experimentaba con animales. O sea, Singer es un enemigo del progreso, del único progreso que existe (el científico-tecnológico). También cree que un monito sano tiene más derecho a la vida que un bebé humano enfermo. Por mi parte, estoy convencido de que los derechos humanos nos asisten a todos los hombres (genérico) salvo a Peter Singer. Comprendo que es un problema mío, que esta excepción no encaja del todo con mi fe, pero qué le voy a hacer si soy falible. Singer fuera. No descarto que Singer sea, además, un abajofirmante. Voy a ver. Me dice ChatGPT que sí, que Singer ha firmado un huevo de manifiestos y declaraciones públicas colectivas. Según el ingenio, cosas relacionadas con la «ética animal», concepto que no veo claro y que probablemente tenga que ver con la parte de la ética (siempre humana) que se encarga de nuestras relaciones con los animales. Mi relación con Singer, por ejemplo.
Al grano. Tengo para mí que el grueso de los abajofirmantes españoles que sobreviven, e insisten en firmar abajo, son: primero, tristes nostálgicos de un pasado en el que fueron jóvenes, estuvieron cotizados y su opinión le importaba a alguien (los Víctor Manuel); segundo: aquellos que usan los manifiestos como herramientas de «posicionamiento» de marketing: ¡sigo siendo de los nuestros! (Almodóvar); tercero: los que ceden ante amigos pesados (Serrat).