El mismo día en que el Rey recibía a la fiscal general del Estado para que esta le entregase la Memoria Anual de la Fiscalía antes del comienzo del año judicial como es preceptivo, salen a la luz informaciones comprometidas para el padre del Jefe del Estado, el Rey Emérito Juan Carlos I. La víspera había sido noticia la propia fiscal general al conocerse que Tribunal Supremo iba a elevar al pleno el recurso de Macarena Olona en nombre de Vox. Tiene todo el aspecto de que a esta mujer le quedan pocas.
Pudo aprovechar la visita al Rey para pasar antes por La Moncloa y presentar su dimisión a Pedro Sánchez con el fin de no llegar al enojoso trance de ser destituida por el Supremo. Cabe la posibilidad de que cese en el cargo por iniciativa del propio presidente del Gobierno. Lo que no acaba de entenderse es la razón por la que la nombró, salvo que nos pongamos en lo peor.
Dolores fue Lola, espejo escuro, como habría titulado su biografía Darío Fernández Flórez. Ella era ya compañera sentimental de Baltasar Garzón aquel viernes, 6 de febrero de 2009, en que el juez estrella por antonomasia de la Audiencia Nacional arrancó el proceso Gürtel. Por la mañana encarceló a las tres figuras claves de la trama, (Correa, Crespo y Antoine Sánchez) y por la noche remató con cacería, reuniéndose a cenar con el ministro de Justicia, Mariano Bermejo, el comisario jefe de la Policía Judicial, Juan Antonio González (JAG) y una fiscal, Lola Delgado, de la que escribí entonces, no sin intención, que no había ido allí a cazar.
Hoy no sostendría tal aseveración con una mínima convicción. De los cuatro comensales de aquella cena en Andújar ella es la superviviente. El ministro Bermejo tuvo que dimitir por cazar sin la preceptiva licencia autonómica, JAG fue cesado por el Gobierno de Rajoy y Baltasar Garzón, el juez que abría una causa al principal partido de la oposición en alegre comandita con el ministro de Justicia, fue condenado a 11 años de inhabilitación por prevaricación y apartado de la carrera judicial por creer que la Ley General Penitenciaria le autorizaba a ordenar escuchas. El art. 51.2 de la LOGP autorizaba las escuchas siempre que fuera por orden judicial y en casos de terrorismo. Garzón aparentó creer que podía sustituir la copulativa ‘y’ por la disyuntiva ‘o’ y claro, no era lo mismo.
El exjuez inhabilitado abrió un despacho de abogados con el que se pasó al lado o0scuro y empezó a defender las causas de los narcotraficantes y otras especies asimiladas, como Álex Saab, empresario colombiano y testaferro de Maduro, detenido en Cabo Verde y cuya extradición pedía EEUU y ha firmado notables contratos de asesoría con Cristina Fernández de Kirchner, Rafael Correa y Juan Manuel Santos. Estos datos, junto a la perseverante relación afectiva entre los dos, debería ser causa suficiente para que Sánchez no la nombrase ministra de Justicia, pero Sánchez no concebía esa razón. Reprobada tres veces en año y medio por el Congreso fue nombrada fiscal general del Estado. “¿De quién depende la Fiscalía?” “Del Gobierno”, respondió cuitado el periodista. “Pues ya está”. Sus nombramientos están informados por el sectarismo que la anima. Siete fiscales de Sala ha nombrado y los siete pertenecen al grupo que le es más allegado ideológicamente, la Unión Progresista de Fiscales. Falta mes y medio para el desenlace, pero parece que Lola Espejo oscuro tiene tan pocas posibilidades como su novio de que le anulen la sentencia.