Susana Del Río-El Correo

  • La clave de bóveda está en un gran acuerdo de centro constitucional

Pienso en un título y España está todo el tiempo presente. También ‘Centro constitucional’ y ‘El mandato’. Le pregunto a mi madre, cumplió 80 años el día de las elecciones. Le comento que a mí me parece que España -lo escribo sin comillas- es el título que dice más, el que tiene más fuerza, el que transmite directamente todo. Ella me dice: «Los tres son buenos, pero España es el mejor. España es lo más importante». Empiezo a escribir. Los otros dos títulos también van a estar aquí.

Soy consciente de que lo que voy a exponer con convicción a algunos quizá les parecerá un objetivo difícil de conseguir, pero muchos de ustedes seguro que pensarán que la búsqueda de una gran coalición entre los dos partidos mayoritarios, Partido Popular y Partido Socialista, es la solución que vertebra más consenso real. La búsqueda de un acuerdo entre PP y PSOE significaría la respuesta mayoritaria a los votos de los ciudadanos.

137+121=258. El Congreso de los Diputados lo integran 350 diputados y la mayoría absoluta, todos lo sabemos, está en 176. Entonces, ¿por qué no considerar esa opción como la gran opción? Planteo la pregunta porque los números importan mucho, está claro, pero no todo son números. Primero, porque cada escaño responde a un voto de un ciudadano, de una persona, a cómo quiere que la decisión política incida en su vida. Segundo, porque hay que traducir la aritmética. La unión de los dos grandes partidos constituye el número en el que debemos fijarnos primero, sobre todo los partidos, los políticos.

Esa suma es la que plasma directamente lo que de verdad somos: España, Constitución, Unión Europea. Porque ¿cómo van a gobernar España los que no creen en España? Los que pretenden desmembrar nuestro país desde dentro e independizarse tienen la llave del Gobierno de España. Ellos mismos pensarán que están jugando una carambola permanente con la posibilidad casi constante de hacer chantaje al Gobierno.

Lo que más temen los partidos minoritarios, separatistas, es que los dos grandes partidos se unan. Lo que más temen los partidos independentistas con un populismo que fragmenta nuestro país, que no respeta el marco constitucional y que no propone cambios dentro de procedimientos legales, es que España sea España.

Y aquí miro a la UE, a cómo legislatura a legislatura conservadores y socialistas europeos se turnan en la presidencia del Parlamento Europeo con el apoyo de los liberales. Por cierto, es importante recordar que estamos en plena presidencia española del Consejo de la Unión Europea, con relevantes expedientes en marcha, con reuniones ministeriales repartidas por nuestras ciudades. Abrimos trío de presidencias y ejercemos la última presidencia completa antes de la apertura de una nueva legislatura europea. En junio de 2024 celebramos elecciones europeas.

Atravesamos un tiempo decisivo para conjugar el gran reto de la doble transición ecológica y digital, reindustrializar la UE, reformular la Política Exterior, invertir los fondos de recuperación donde deben ser invertidos, marcar hitos en el ámbito clave de la Salud, hacer tangible la Autonomía estratégica europea partiendo del fortalecimiento de la Seguridad y Defensa e impulsando la no dependencia energética, de materias primas, de tecnología. Si queremos consolidar y actualizar la relación UE-América Latina reactivando los acuerdos comerciales tendremos que hacerlo desde una España fuerte, con anclaje institucional firme, en una UE con Estados miembros asentados en el poder constitucional. En esta etapa histórica para España, la Unión Europea, el mundo, en el que la guerra en Ucrania además de sufrimiento está provocando una catarsis en la geopolítica, España no puede estar viajando sin rumbo fijo, bloqueada o intentando ser gobernada por los que no creen en España.

Los partidos independentistas hablan mucho de su europeísmo. Cataluña no pertenecería a la UE si no está dentro de España, Estado miembro. Una Cataluña independiente se pondría a la cola del proceso de adhesión para ser miembro de la UE.

El mandato de los ciudadanos españoles es claro; sus, nuestros, votos lo han dictado: quieren que PP y PSOE se encuentren, que miren más al centro de nuestro arco parlamentario. Que no actúen primando a la fuerza centrífuga política, a los partidos ‘periféricos’. Que miren, respeten, escuchen y dialoguen con todos pero que estos partidos no tengan la llave del futuro Gobierno. Estamos viviendo un tiempo político único. La clave de bóveda está en ese gran acuerdo de centro constitucional. El día 17 se constituyen las nuevas Cortes. Yo les digo a nuestros diputados que cumplan el mandato de los ciudadanos; que representen. Que tienen la responsabilidad y la oportunidad de sentarse en sus nuevos escaños orgullosos; de entrar con la cabeza alta al hemiciclo. Háganlo.