Miquel Giménez-Vozpópuli
La historia es un río metafórico que puede ser analizado desde las dos orillas. Pero cuando se desborda, ambas quedan inundadas por igual.
Y es únicamente el fondo quien permanece inalterable, inmune. En España nuestro río ha sido siempre revuelto, causando estragos costosos de reparar. No somos país de aguas mansas, aunque los últimos años parezcan indicar lo contrario. De ahí que el olvido, otra característica de nuestro solar, haga que los desnortados piensen que aquí nunca pasa nada mientras otros, interesados, prestan su concurso en reforzar la falsa idea de inmunidad. ¿Cómo va a existir en la Europa actual una república de corte chavista? ¿En qué cabeza cabe que los españoles vuelvan a enzarzarse en una contienda civil? ¿Acaso no hemos salido de esta crisis más fuertes, solidarios, democráticos?
En medio de una ordalía de consignas, medias verdades y falacias que la opinión pública traga sin pestañear, nos ofrecen un escenario dispuesto a la confrontación. Hay que eliminar a la monarquía porque nadie la vota, es carísima y corrupta, dicen. Si respondes, por decir algo, que TV3 es mucho más cara y más corrupta, infinitamente menos útil al estado, que sus responsables políticos no han sido renovados cuando tocaba – por tanto, están ahí sin nada que los respalde – o que su presidente tiene voto de calidad te llaman facha.
Hay que llevar ante los tribunales a don Juan Carlos, afirman, meterlo en la cárcel, degradarlo y sentar en la silla de los acusados también a don Felipe. Si les dices que hay que hacer lo mismo con Jordi Pujol y sus herederos políticos, léanse Mas y compañía, porque construyeron un imperio de cobro de comisiones ilegales, y añades que la Corona como institución es tan buena o tan mala como la presidencia de una república o que ha sido de utilidad como primus inter pares, facha.
Si argumentas acerca de que los auténticos golpistas no son PP ni Vox, porque los únicos que se han alzado contra el ordenamiento constitucional son Esquerra y Junts per CAT, los ‘bilduetarras’ en la forma que todos conocemos, los ‘podemitas’ organizando caceroladas en pleno confinamiento contra del jefe del estado o un ministro hablando de proceso constituyente en sede parlamentaria, facha.
Cuando objetas que a esa izquierda al servicio de Soros y la internacional del disturbio, siempre que vaya en contra de las democracias occidentales y nunca en contra de las dictaduras comunistas, no la has visto mover un músculo contra de ETA o contra la violencia desatada por los delincuentes en barrios como el Raval o en Badalona, o que jamás se han manifestado en favor de las personas a las que les ocupan su piso, o que se hayan organizado en redes para ayudar al pequeño comerciante de barrio, el de toda la vida, al que han agotado los impuestos, los atracos y la presión de una ignominiosa ley de alquileres redactada en su día, por cierto, por los socialistas, facha.
El hegelianismo ha muerto. Ni tesis, ni antítesis, ni síntesis ni la madre que las parió. Estamos a un minuto antes de que el río se desborde y solo cabe el insulto, la descalificación, la violencia verbal y ridiculizar al enemigo hasta convertirlo en algo tan alejado de nosotros que no nos importe su eliminación.
Estamos a un minuto antes de que el río se desborde y solo cabe el insulto, la descalificación, la violencia verbal y ridiculizar al enemigo
A Felipe González no debería sorprenderle que se filtren supuestos informes de la CIA, acusándole de organizar los GAL. Si quien lo filtra hubiera estudiado la lección sabría que los dossieres elaborados por la antena en España de los servicios norteamericanos eran de la DIA, Defense Intelligence Agency, y no de la CIA. Era un asunto tan delicado que el National Security Council delegó en la rama militar del espionaje. Llegó a manos del CESID de una manera surrealista que quizás explique algún día, pero lo importante es que figuraba la leyenda DIA-NOFORN, No Foreign, no para países ajenos, y en ellos no se explicaba exactamente lo que se ha dicho.
Esto podría narrarlo mucho mejor que yo el general Wernon Walters, por cierto, último subdirector militar de la CIA. Da igual, Felipe es facha por meterse con el Gobierno. Por eso el río le salpica, como salpicará a quien se muestre opuesto al golpe blando que se está llevando a cabo. Cebrián y Botín, ¿no querían esto? ¿No movieron ficha para erradicar de la política a Rivera? ¿No creyeron que podían contemporizar con el monstruo? A ver como detienen la inundación, una vez abierta la compuerta del agua.
Lo único cierto es que a los que se agazapan en el fondo del río, jamás les salpica nada. Lógico. Ellos son el agua que empapa a los demás.