JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS-EL CONFIDENCIAL

  • ¿Cómo es que “España puede”, presidente, si Podemos quiere que apruebe los Presupuestos con los republicanos a los que nuestra gobernabilidad les “importa un comino”?

Nuestro país ha tocado fondo este verano. Y así no puede seguir. No lo hará aunque por tercera vez desde septiembre de 2018 convoque usted a los empresarios del Ibex para contarles que “España puede”. Las palabras no sustituyen a unos hechos que, objetivamente considerados, llevan a nuestro país al desgobierno.

Entre el pasado lunes y este viernes, ha quedado acreditado que el Gabinete que usted preside se ha evadido de sus responsabilidades más elementales en la dirección de la lucha contra la pandemia, embozándose en el etéreo concepto jurídico y político de la “cogobernanza” con las Comunidades Autónomas, tratando así de escarmentarlas por su comportamiento renuente a la autoridad única durante el estado de alarma y de zafarse del desgaste que conlleva gestionar de nuevo un problema de dimensiones extraordinarias.

Usted, señor presidente, en vez de seguir la instrucción de Seneca, según la cual “el que tiene poder debe usarlo livianamente”, ha abusado de sus facultades ofreciendo una declaración institucional el pasado martes en la que propinó unos clamorosos puntapiés de principiante a la Ley Orgánica sobre los estados de alarma, excepción y sitio, proyectando un irreal panorama de posibilidades autonómicas sobre la competencia grave y exclusiva de la declaración de la alarma general o parcial, alcanzando luego y tardíamente un plan de medidas de regreso al colegio a las puertas mismas del inicio del curso, que varias autonomías ya han retrasado.

Es muy grave que seamos el Estado europeo con más contagios durante este verano, que estemos en un segunda ola de la pandemia sin salir de la primera (“salimos más fuertes”, ¿recuerda?), que la temporada turística haya sido una completa debacle para el sector (más del 12% del PIB nacional y casi el 13% del empleo), que todos los demás de producción y servicios estén seriamente afectados, que la administración pública haya sido incapaz de responder al reto de abonar los ERTES y haya defraudado las expectativas sobre el cobro del ingreso mínimo vital y, sobre todo, señor presidente, que su oferta de futuro sea la que es: un Gobierno en minoría parlamentaria, con un socio en el Consejo de Ministros con el que coincide exclusivamente en el reparto del poder, una crisis abierta en Cataluña que lejos de remitir empeora y un cuadro institucional inestable y hasta precario.

Se muestra usted, señor Sánchez, altanero con la oposición a la que no ha llamado a La Moncloa desde hace meses y, complaciente con los que debieran ayudarle y lejos de hacerlo, le hostigan. Porque sus compañeros de viaje son los que agreden sin rebozo alguno a la monarquía parlamentaria tanto en el Parlamento de Cataluña, como en el ayuntamiento de su capital con la complicidad de sus socios “comunes”, apoyados explícitamente por el vicepresidente segundo que propugna una III República “plurinacional y solidaria”.

No parecen, sin embargo, importarle estos comportamientos, porque usted tiene una opinión muy positiva de la coalición con Podemos (IU, es un mero acompañante) como refrendó el pasado martes. La tiene, incluso, cuando, el partido coaligado con el PSOE está imputado por financiación irregular, siguiendo la estela de la vulgaridad de otros (el suyo, o el propio PP) aunque su dirigencia se exprese con esa estúpida superioridad moral que aporta la fracasada “nueva política” y regrese al mantra defensivo e inmoral de la invocación a las “cloacas” y a la “conspiración”.

Pero la alarma ha sido ya definitiva cuando este viernes, los portavoces de Podemos –Isa Serra y Rafael Mayoral- le han anunciado que no cuente con Podemos para aprobar los Presupuestos Generales del Estado si los pacta con Ciudadanos“Ni voz ni voto” ni a los de Arrimadas ni a los de Casado, propugnan estos dechados de democracia, transversalidad y sentido de la responsabilidad. Quieren que los apruebe usted con quién ha contraído -¡qué error, señor presidente!- la deuda de la investidura: ERC y EH Bildu.

¿Cómo es que “España puede”, presiente, si la quieren dejar en manos de aquellos que la detestan, que la combaten, que la desean irreconocible, más allá de republicana o monárquica, como Estado y como nación? ¿Cómo es que “España puede”, presidente, si su socio de Gobierno quiere que apruebe los Presupuestos con los escaños republicanos cuya portavoz exclamó en el Congreso que la gobernabilidad de nuestro país les “importa un comino”?

Usted, señor Sánchez, ha viajado por la Unión Europea y ya sabe de lo que va este asunto de gobernar un Estado bajo sus reglas; usted conoce muy bien qué significa recibir más de 23.000 millones de euros del programa de la UE de apoyo a los desempleados por la pandemia y lo que implica recibir, en tres ejercicios, hasta 140.000 más en préstamos y transferencias, o sea, plan de reformas y luego condicionalidad macroeconómica. Usted es consciente, en fin, de que estamos endeudados por encima del 110% de nuestro PIB.

Usted, señor presidente, ya sabe que se encuentra ante un órdago a la grande en una partida de mus en la que sus interlocutores son tahúres. Lo peor, señor presidente, es que ya lo sabía después de las elecciones de abril de 2019, que nos los definió, que nos adelantó su insomnio si tuviera que gobernar con ellos. Lo peor de lo peor, señor Sánchez, es que sus antes temores y ahora sus amores imposibles se han hecho tan ciertos que así –en estas condiciones- España no puede. Y usted lo sabe y está llegando al final de la escapada.