EL MUNDO – 30/06/16
· «La negociación se tendrá con Reino Unido, no con una parte»
· Los presidentes de España y Francia vetan que Escocia negocie su independencia con la UE, a pesar de la ‘ofensiva’ de Sturgeon en Bruselas.
· Rajoy afirma en Bruselas que «las competencias de Escocia para negociar eso son ninguna» .
· «La negociación se hará con el Reino Unido y no con una parte del Reino Unido», subraya Hollande.
El presidente del Gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, llegó ayer a Bruselas con un mensaje que iba dirigido a la ministra principal Nicola Sturgeon: «Si Reino Unido se va, Escocia también». Sin embargo, los destinatarios últimos viven mucho más cerca.
Con el debate caliente del Brexit y la presencia de la líder escocesa en la capital belga al mismo tiempo que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, España no dudó en exponer claramente sus líneas rojas. «Escocia, como las distintas regiones españolas, tiene su espacio institucional y su ámbito de competencia en la UE. Hay muchos presidentes que vienen aquí a resolver problemas o dar a conocer iniciativas. Dicho eso, hablamos de un proceso que debe ser ordenado, tranquilo. De un país que quiere separarse de la UE. Las competencias de Escocia para negociar eso son ninguna. El Gobierno español se opone, y coincidimos con todo el mundo, seguro, en que la negociación se haga con alguien distinto que el Reino Unido», explicó ayer Rajoy. «Radicalmente en contra, y los tratados también. Si Reino Unido se va, cuando se vaya, Escocia se va también», zanjó.
El presidente francés, François Hollande, también fue claro a la hora de descartar al Gobierno de Escocia como interlocutor en el proceso. «Las negociaciones se tendrán con Reino Unido, no con una parte del Reino Unido», subrayó.
«Si Reino Unido se va, Escocia también». El mensaje de Mariano Rajoy en Bruselas tenía a la primera ministra Nicola Sturgeon de fondo, pero los destinatarios últimos viven mucho más cerca. Con el debate del Brexit al rojo vivo y la presencia de la líder escocesa en la capital belga al mismo tiempo que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, España fijó sus líneas roja
«Escocia, como las distintas regiones españolas, en otros países los estados, tiene su espacio institucional y su ámbito de competencia en la UE. Hay muchos presidentes que vienen aquí a resolver problemas o dar a conocer iniciativas. Dicho eso, hablamos de un proceso que debe ser ordenado, tranquilo. De un país que quiere separarse de la UE. Las competencias de Escocia para negociar eso son ninguna. El Gobierno español se opone, y coincidimos con todo el mundo, seguro, a que la negociación se haga con alguien distinto que l Reino Unido», explicó Rajoy. «Radicalmente en contra, y los tratados también. Si Reino Unido se va, cuando se vaya, Escocia se va también», zanjó.
En la madrugada del martes al miércoles, el primer ministro británico en funciones, David Cameron, celebró su última rueda de prensa en un Consejo Europeo en Bruselas. Fue su despedida, sin emoción, y el inicio de una nueva era en Europa. Horas después, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 se sentaron a la mesa en la primera reunión informal a 27 sin Londres. Para analizar lo sucedido, ver los primeros pasos y sentar las bases y prioridades de un debate esencial para el futuro: ¿qué hacer con Europa?
Ayer Bruselas habló de Brexit sin la versión británica. Sin miedo ya a que cualquier palabra sea usada por los eurófobos, a que cualquier medida tenga que ser matizada para no disparar los sentimientos antieuropeos y sin tener que plegarse al capricho de Cameron.
Por eso no hay ya problema alguno en reunirse con la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, que volvió a la capital comunitaria para la primera ronda de contactos de lo que ya es su inicio de campaña para un segundo referéndum y para evitar que Escocia salga de la UE. O al menos que pudiera, hipotéticamente, ingresar si se consumara la independencia.
Sturgeon pidió cita con todas las figuras. Fue recibida por el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz; por el líder de los populares, Manfred Weber; por el de los liberales en la Eurocámara y ex primer ministro belga, Guy Verhofstadt. Y a las 17.00 llegó al edificio Berlaymont para verse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
«Ha sido un encuentro productivo entre dos proeuropeos a ambos lados del Canal. Pase lo que pase dentro de Reino Unido, tenemos que asegurarnos de que mantenemos una cooperación entre la UE y Escocia», señaló Verhofstadt. Weber agradeció a Sturgeon un «interesante encuentro para conocer la posición escocesa en los acontecimientos que están en marcha». Lo mismo dijo Schulz: he «escuchado y aprendido». El mensaje de la escocesa es simple: «Estamos completamente decididos a seguir en la UE».Y por eso Juncker se mojó: «Sturgeon se ha ganado el derecho a que la escuchemos».
La escocesa señaló que «respeta absolutamente» las palabras de Rajoy, aunque «le han sorprendido en una fase tan temprana», pero que simplemente quiere que «cuando el proceso de negociación con Londres arranque, cuando quiera que ocurra, los intereses de Escocia sean tenidos en cuenta».
Según altas fuentes europeas, «Sturgeon pidió un encuentro con el presidente del Consejo, Donald Tusk. Él está muy agradecido por el interés, pero cree que no es el momento adecuado». No ayer, con una reunión tan significativa y con el estado de ánimo tan caldeado.
Mientras, el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, aseguraba que el Peñón y Escocia persiguen «el objetivo común» de seguir vinculados a la UE e insistió en que la soberanía británica es innegociable, informa Europa Press. En un mensaje ante el Parlamento gibraltareño, Picardo se mostró abierto a mantener la Verja abierta para el cruce de trabajadores españoles, «muy bienvenidos» en el Peñón.
El Consejo Europeo es el que llevará las negociaciones del Brexit. Ha creado una Task Force para ello, con un negociador jefe belga. Y no quiere irritar a Londres recibiendo a Sturgeon antes incluso de que empiecen las negociaciones oficiales, cuando el primer ministro británico invoque el artículo 50 de los Tratados de la Unión Europea.
Pero la Comisión está en otro punto. Juncker ha prohibido a sus funcionarios cualquier tipo de negociación con los británicos. Y está dispuesto a provocar lo suficiente a Cameron para que Reino Unido empiece los trámites lo antes posible. Juncker garantizó que «no habrá interferencia con la política interna británica», pero la recepción de ayer muestra que tiene toda la intención de hacer lo contrario.
El problema para Escocia es que la palabra la tiene el Consejo. Y ni Tusk tiene intención de calentar más la discusión ni es posible evitar un posible bloqueo o veto de un Estado Miembro. Para cualquier decisión de calado la unanimidad es indispensable y España, que ve en esto una cuestión de supervivencia y unidad interna, no va a ceder. Pero en esto Londres cuenta también con el respaldo francés. François Hollande coincidió ayer en que «las negociaciones se tendrán con Reino Unido, no con una parte del Reino Unido», descartando cualquier acuerdo previo con Escocia. Previo a la confirmación del Brexit y de una hipotética independencia.
EL MUNDO – 30/06/16