Ramón Pérez-Maura-El Debate
  • Lo que de verdad me preocupa es que esta derecha no ganará nunca si se deja meter en todos los cercados que le prepara Sánchez. Lo hacen desde Vox y desde el PP. Sabemos que la reforma constitucional que pretende Sánchez es imposible sin el apoyo del PP que desde el primer minuto dijo que no la apoyaría

Hoy hace una semana que publiqué aquí una columna titulada Yo no voy a hablar del aborto explicando que Sánchez había anunciado el día 3 de octubre que iba convertir el aborto en un derecho constitucional y que lo hacía para tapar la cascada de casos de corrupción que le está arrollando. Esfuerzo perfectamente inútil el mío. El artículo tuvo 45 comentarios de los que 30 venían a decir que lo verdaderamente grave es la reforma del aborto y no todo la demás corrupción que pueda ocurrir en España en esta hora. Sumido en la melancolía comprendí que era evidente que Sánchez se había anotado otra victoria estratégica. Victoria que yo creo que le han dado, esencialmente, las bases de Vox donde creo ubicados a la mayoría de los 30 comentaristas que sostenían esa tesis sobre el aborto. Tesis que yo comparto, sin ninguna duda. Definí en el primer párrafo de ese artículo el aborto como un crimen. Lo que creo que no hay que hacer es entrar en la confrontación que busca Sánchez para intentar recuperar algo del voto feminista de izquierda que ve en peligro después de las evidencias de la UCO sobre el régimen prostibulario que se ha pagado desde la Secretaría de Organización del PSOE.

Dicho esto, Isabel Díaz Ayuso no tuvo más remedio que contestar a las preguntas que le hicieron el pasado jueves en la Asamblea de Madrid. Porque a diferencia de Sánchez, Ayuso respeta el régimen parlamentario y responde a las cuestiones que le plantean. No como Sánchez que responde cualquier cosa menos lo que le han preguntado. Si es que responde en lugar de reírse chulescamente. Y la presidenta madrileña fue muy clara en su oposición al registro de los médicos que se acojan a una cláusula de conciencia y se nieguen a practicar abortos. Ella tenía que contestar. Y vaya si contestó.

Al que no le habían preguntado nada fue a Alberto Núñez Feijóo. Y, no se sabe por qué, se metió en la trampa tendida por Sánchez. Y encima, para hacer una defensa del aborto en los términos en que es legal en la actualidad. En un caso como éste, hacer defensas de la legalidad vigente es perfectamente superfluo. No creo que a Núñez Feijóo le haya dado ni un solo voto. Y sí creo que puede haberle quitado bastantes.

Al final, lo que de verdad me preocupa es que esta derecha no ganará nunca si se deja meter en todos los cercados que le prepara Sánchez. Lo hacen desde Vox y lo hacen desde el PP. Sabemos que la reforma constitucional que pretende Sánchez es imposible sin el apoyo del PP que desde el primer minuto dijo que no la apoyaría. ¿Para qué volver a sacar el tema una semana después?

Creo que el momento de gravísima degradación política que vive España exige que tanto Vox como PP tengan una prioridad absoluta: desalojar conjuntamente a Sánchez del poder. Pasarse la vida diciendo que el PP y el PSOE son lo mismo es garantizar que no pueda haber una alternativa en el Gobierno de España en el futuro previsible. Porque esperemos que más pronto que tarde habrá que formar un Gobierno para reconstruir nuestras instituciones nacionales que el sanchismo está dejando como Gaza. O un poco peor.