EL MUNDO 16/02/14
· El Gobierno danés promete mano dura contra los islamistas tras los ataques contra un centro cultural y una sinagoga El terrorista, abatido por la policía, era un joven de 22 años nacido en Dinamarca
Más vigilancia, más presencia policial y mano dura con los islamistas. Es el mensaje del Gobierno danés después de los atentados del pasado fin de semana, que se saldaron con las muertes del director de cine Finn Norgaard –de 55 años y que asistía a un debate sobre islam y libertad de expresión– y Dan Uzan –guarda judío de 37 que vigilaba la entrada a la sinagoga de Copenhague–.
Tras los ataques murió también el autor, Omar Abdel Hamid el Hussein, un joven de 22 años nacido en Dinamarca y de origen inmigrante, abatido ayer por la policía junto a su domicilio en el barrio de Norrebro. El Hussein, ex miembro de la banda criminal Brothas pasado al yihadismo, salió de la cárcel hace dos semanas sin cumplir la totalidad de una condena de dos años por un apuñalamiento cometido en noviembre de 2013, debido a que la sentencia había sido apelada.
«No podemos permitirnos ser ingenuos, ni ahora, ni en el futuro. Existen poderes oscurantistas que nos quieren hacer daño y, por eso, debemos responder con contundencia», declaró ayer la ministra de Justicia, Mette Frederiksen, favorita en todas las apuestas para sustituir a la primera ministra, Helle Thorning-Schmidt, al frente de los socialdemócratas si el Gobierno pierde, como indican todos los sondeos, las legislativas previstas para este año. «Estamos en guerra.
El enemigo al que nos enfrentamos nos ha declarado la guerra a todos aquellos que no creemos en el califato», añadió. «Desde hoy, y durante un buen periodo de tiempo, Copenhague tendrá un aspecto y un ambiente muy diferentes. Debemos tomar decisiones y dotar a la policía y los servicios de Inteligencia de recursos. Debemos estar en condiciones de combatir a nuestros adversarios».
La primera ministra también realizó una intervención ante los periodistas, aunque más bien simbólica: «Quieren destruir nuestra libertad de expresión. No se trata de una lucha entre el islam y Occidente, sino de una lucha entre la libertad individual e ideologías oscurantistas».
Al cierre de esta edición, la policía danesa seguía manteniendo en secreto la identidad del supuesto asesino, pero el tabloide Ekstra Bladet reveló que se trataba de Abdel Hamid el Hussein, nacido en Dinamarca y con antecedentes penales relacionados con posesión ilegal de armas y actos de violencia. El-Hussein, conocido de los servicios de Inteligencia, vivía en Mjoolnerparken, un conflictivo bloque de viviendas de Norrebro, mayoritariamente habitado por musulmanes y donde existen varias bandas de inmigrantes. Él habría sido miembro de una, llamada Brothas. En los últimos años se han dado muchos casos de integrantes de estos grupos que se han pasado al islam radical.
Europa se despertó ayer conmocionada, en una jornada en la que la amenaza yihadista obligó a suspender el carnaval de la ciudad alemana de Brunswick y en la que cientos de tumbas judías fueron profanadas en un cementerio judío de la región de Sarre-Union, al noreste de Francia. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, volvió a saltar a la palestra instando a la salida de judíos de Europa: «Israel es vuestro hogar, estamos preparados para acoger a una inmigración procedente de Europa. A todos los judíos os digo que os esperamos con los brazos abiertos».
Lo más llamativo de las palabras de Frederiksen fue lo mucho que la aproximan a las tesis del ultranacionalista Partido Popular Danés (DF), que ayudado por los acontecimientos parece ser quien dictará la política antiyihadista de Dinamarca. Entre 2001 y 2011, el DF fue el fiel aliado parlamentario del Gobierno de centroderecha que hasta 2007 dirigió Anders Fogh Rasmussen, el primer ministro liberal nombrado después secretario general de la OTAN. Hoy, con Kristian Thulesen Dahl como nuevo jefe, el DF, a menudo calificado de xenófobo por sus adversarios, se encuentra más fuerte que nunca. Ronda el 20% de la intención de voto en los sondeos y no puede descartarse que incluso resulte el más votado en las legislativas de este año.
El discurso de ayer de Frederiksen es el último ejemplo de la capacidad del DF para atraer a otros partidos hacia sus ideas. En noviembre, pidió que se acusara de «traición a la patria» a quienes se marchen a luchar con Estado Islámico (IS). El Gobierno rechazó la propuesta, pero después de los atentados de enero en París dio un giro de 180 grados.
La ministra de Justicia confirmó ayer que ya está en marcha el proceso para poder condenar como traidor a todo ciudadano danés que colabore con el yihadismo: «Si una persona se une a l IS y lucha contra soldados o intereses daneses, entonces comete un delito de traición a la patria. Resulta grotesco que enviemos soldados a Irak para combatir al IS y que puedan ser atacados por personas residentes en Dinamarca. Ayudar activamente al Estado Islámico también es traicionar».
El concepto de traición a la patria como tal no existe en el Código Penal danés, que sin embargo contiene dos artículos que contemplan penas de hasta 16 años de cárcel para quienes «ayuden el enemigo» en tiempos «de guerra, ocupación u otras hostilidades». Otras propuestas del DF recuperadas por el Gobierno son despojar de la nacionalidad danesa a quienes colaboren con el yihadismo, así como quitarles el pasaporte a quienes planeen viajar a Siria u otros países relacionados con el IS.