Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
La última oferta lanzada por Sidenor sobre Talgo es contundente. Primero porque mejora el precio inicial, lo cual solo puede ser consecuencia de que esperaba/temía una oferta mayor de indios o polacos. Segundo, porque la oferta se apoya/complementa/ con un grupo accionarial importante que la sostiene. La presencia indiscutible de las dos cajas (mejor dicho de las fundaciones de las cajas alavesa y vizcaína, que la guipuzcoana no se ha sentido concernida, en una extraña y poco solidaria actitud que demuestra que esto del ‘arraigo vasco’ tiene demasiados matices locales ) ejemplariza el interés público por esta operación privada.
El interés viene justificado por el hecho de que la caída en manos de indios o polacos y la enorme diferencia en los costes laborales relativos, puede acabar por deslocalizar en pocos años la producción. Tras el episodio de Guardian y los rumores de ERTE en Mercedes es lo último que le faltaba por padecer a la economía alavesa.
Esto ha dejado de ser un problema empresarial y ni siquiera lo es solo económico y se ha convertido en uno social, es decir político. Un problema que justifica la actuación decidida de ambos gobiernos, el vasco y el central, a quienes nadie podrá acusar de inacción o desinterés.
Lo malo es que aquí nadie ha dicho aún su última palabra. De momento nadie ha lanzado una opa sobre Talgo, y ni siquiera el vendedor tiene más ofertas sobre la mesa. Pero las tendrá y no serán malas. A los polacos no hay razones ni es seguro que haya ganas y fuerzas para vetarlos. Polonia está perfectamente homologada, sin reserva alguna en la Unión Europea y su primer ministro Tusk se encarga este semestre de presidir el Consejo Europeo. Privados de la tecnología rusa, cuentan con unas perspectivas comerciales excelentes y unos costes laborales muy competitivos, los polacos tienen margen para mejorar la oferta. Para ellos, Talgo vale mucho más que para Sidenor. Para ellos es una cuestión crucial de futuro, mientras que para Sidenor solo es una oportunidad atractiva de negocio. Tras la renovación del ‘escudo antiopa’ incluida en el famoso ‘decreto mini ómnibus’, el Gobierno central tiene en su mano declarar a Talgo de interés estratégico nacional y vetar la operación. ¿Lo hará? Los franceses seguro que lo harían, pero nosotros, para bien y para mal, no somos Francia. Así que lo único claro es que, cuanto más competitivos se vuelven los procesos de compra, más sube el precio del bien comprado.