Luis Ventoso-El Debate
  • Resulta que si se les pregunta, una mayoría arrolladora prefiere que el Estado central recupere competencias en detrimento de las autonomías

lo dicen el sentido común y la tozuda experiencia de la historia. Los países que mejor funcionan son los más uniformes, donde sus ciudadanos comparten un proyecto común y están comprometidos con él, y que cuentan además con un Gobierno sólido y eficaz, capaz de afrontar con solvencia los muchos problemas serios que siempre surgen.

Por el contrario, un país donde los vecinos de una esquina y los de otra se llevasen a matar en nombre de rancios resabios paletos, donde el Gobierno fuese un trampantojo, donde se premiase la insolidaridad… perdería impulso y se vería sumido a medio plazo en la mediocridad. Esa nación astillada por dentro saldría a competir con las otras del mundo con unas esposas de plomo atadas a sus tobillos.

Y, sin embargo, el imperio mediático de la izquierda ha hecho cundir la sensación de que los españoles preferimos lo contario a lo que dicta el sentido común. Es decir, según la propaganda oficialista dominante nos chifla el modelo territorial que preconiza el PSOE. Ese gran invento consiste en que en vez de una nación al uso ahora somos «una España plurinacional», o un «Estado confederal», o una «nación de naciones», con ciudadanos de primera (catalanes y vascos) y de segunda (todos los demás). Un país (o ex-país) donde el Gobierno central se ha quedado prácticamente en el chasis, porque casi todo ha sido transferido a los ejecutivos regionales. Como guinda, el Gobierno de España está sometido a partidos que aspiran a destruirla. Los dirigentes independentistas incluso nos imparten altivas lecciones sobre ese proyecto suicida a través de las propias televisiones españolas, donde unos lamentables periodistas de izquierdas —o de seudo derecha— tratan con vaselina a los enemigos declarados de su país.

¿Pero qué pasaría si les preguntásemos su opinión sobre el modelo territorial a los españoles de carne y hueso? Imaginemos un referéndum de respuesta «sí» o «no» con esta única pregunta: «¿Debe España tener un Gobierno central más fuerte recuperando competencias autonómicas?».

Si nos fiamos de la música de nuestro Gobierno y sus socios de la «coalición progresista» y del tono de las televisiones del régimen, la respuesta será un clamoroso «nooo», jamás de los jamases, para nada. En todo caso, son las regiones las que tienen que ir «avanzando en su autogobierno», que diría el farisaico PNV y los ministros encargados de la «desinflamación» con el separatismo.

Este periódico se ha tomado la molestia de plantear la pregunta en una encuesta. Y al parecer los españoles se han vuelto absolutamente locos, porque resulta que el 53 % dicen que prefieren un Gobierno central más fuerte en detrimento de las comunidades, y solo un 26 % opina lo contario. En el caso de los votantes del PP y Vox la cifra de los que quieren más competencias para el Estado central llega al 78 %.

Pero resulta —¡oh maligna sorpresa fachosférica!— que quienes votan al PSOE de las milongas plurinacionales también están en la misma línea: un 51 % quieren más Gobierno central y menos poder autonómico, y solo un 23 % está en lo contrario, en la tesis de Sánchez, Illa y Zapatero. Tan solo los votantes nacionalistas apoyan mayoritariamente el modelo actual de Gobierno débil y autonomías al cargo de todo (79 % a favor).

Es decir, unas minorías políticas nos tienen sometidos a una fabulación en la que nos hacen creer que estamos encantados con el reino de taifas y con el desguace del Estado, cuando resulta que la mayoría de los españoles, de derechas y de izquierdas, desean exactamente lo contario: más Gobierno central y menos autonomismo. No quieren un Gobierno débil, que se lava las manos en cuanto vienen mal dadas y le traspasa el marrón a las comunidades, que se ha quedado reducido a un gabinete de consejos igualitarios y cuya tarea estelar es el pago de regalías al independentismo.

Nos están tomando el pelo con el modelo territorial y hay que decirlo bien alto: no, los españoles no queremos más autonomismo, sino todo lo contrario. Y harían bien los jerarcas del PP en leerse con atención los datos de la encuesta y tomar nota. La gente razona, tiene sentido común, y no quiere convertir España en una colección de cantones insolidarios y enfrentados a codazos en nombre de sus fijaciones localistas. Lo españoles quieren un gran país, que existe, que está ahí. Me parece que se llamaba… España, así de sencillo.