LA RAZÓN, 10/1/12
El documento que recoge la hoja de ruta de la «falsa paz» deja claro que la banda no se disolverá
Al cumplirse un año del anuncio de alto el fuego permanente, general y verificable, ETA sigue fiel a lo que fijó en los documentos que sirvieron de base para el «proceso», que, a través de intermediarios, estableció con socialistas y nacionalistas durante la anterior legislatura: no se va a disolver, no va a entregar las armas y, por lo tanto, se reserva el papel de garante de que sus fines independentistas podrán ser alcanzados.
La actual «confrontación táctica» que ha establecido para que sus presos sean trasladados a cárceles del País Vasco, como paso previo a su liberación, no puede hacer olvidar los «objetivos estratégicos» que persigue la banda y su entramado: la independencia del País Vasco, con la anexión de Navarra, en un «estado» en el que desaparezca todo rastro de España, en especial las Fuerzas de Seguridad y Armadas.
En los citados documentos, la banda dejaba claro cuál iba a ser su papel en el referido «proceso»: «ETA no dará nunca las armas al enemigo, ni las romperá, las guardará. ETA no desaparecería, continuaría como Organización política dentro de la Izquierda Abertzale, hasta que otro tipo de situación y debates digan lo contrario». «Del mismo modo, –agrega– ETA, como consecuencia de su papel histórico político y de que pacta con el Estado, se debe entender como garante activo del proceso de facto. En ese sentido, actuará a través de la carta de disuasión de la ruptura militar del proceso»; que traducido, significa que se reserva siempre la posibilidad de volver a los atentados.
Todo lo que ha ocurrido a lo largo de este año, incluido el anuncio de supuesto cese definitivo de actividades (del que también se hablaba en los mencionados documentos, como un elemento táctico), hay que analizarlos a la vista de lo que son los principios etarras, establecidos en la década de los setenta, y que, con distintos nombres (Alternativa KAS, Alternativa Democrática…) se han mantenido inalterables.
La derrota electoral de los que habían propiciado el «proceso» (socialistas y nacionalistas) y la victoria, por mayoría absoluta, del Partido Popular, ha trastocado los planes establecidos, lo que no quiere decir que los terroristas y los que les apoyan hayan renunciado a llevarlos adelante.
La manifestación del pasado sábado en Bilbao, un intento de demostración de fuerza de esos grupos para forzar al nuevo Gobierno a que no «bloquee el proceso», es, según expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN, el paso previo a un pronunciamiento de ETA, en forma de comunicado o entrevista.
La banda, según estas fuentes, hará balance del primer año de alto el fuego y aprovechará, como es habitual, a patrimonializar los «éxitos» logrados, tanto en la recuperación de su «Frente Institucional» ( Bildu y Amaiur) como en la capacidad de movilización, que se puso de manifiesto en la referida manifestación.
Asimismo, podría aprovechar para contestar a los requerimientos que el nuevo Gobierno le ha realizado para que se disuelva y entregue las armas. Aunque, a la vista de los documentos citados en este artículo, las posibilidades de una respuesta positiva parece bastante improbable.
Un año de «victorias» abertzales
BILDU, A LAS URNAS
El Tribunal Constitucional autoriza la presencia de las listas de Bildu en las elecciones del 22-M.
MILLONES EN SUS MANOS Las mayorías absolutas en 89 localidades permiten a Bildu gestionar 1.000 millones de euros.
BURLA A LAS VÍCTIMAS
En agosto, Bildu asiste desde el Ayuntamiento al inicio de las fiestas de Vitoria con familiares de presos.
EN EL CONGRESO
Amaiur entra en el Congreso tras el 20-N. Percibirá 700.000 euros al año.
VÍCTIMAS Y VERDUGOS
La izquierda abertzale equipara a víctimas de ETA con sus verdugos y exige la vuelta de presos.
LA RAZÓN, 10/1/12