EL MUNDO 02/03/14
· Pretende que fomente las conversaciones para «superar las consecuencias del conflicto»
ETA confirmó ayer en un comunicado su intención de «llevar hasta el final» el proceso de «sellado» de todos sus arsenales, iniciado con el puñado de armas cuya filmación fue difundida el pasado día 21. Y asimismo confirmó que su intención es que esa escenificación ayude a fomentar las «conversaciones y acuerdos» necesarios para «superar todas las consecuencias del conflicto –presos, huidos–, incluido el desarme».
En el comunicado, fechado dos días después de que los miembros del Grupo de Verificación encabezado por Ram Manikkalingam se vieran obligados a pasar por la Audiencia Nacional, la organización utiliza un tono inhabitualmente comedido, sin exigencias explícitas, aunque no puede evitar advertir de que cualquier «ataque» u «obstáculo» puede condicionar el proceso «complejo y no exento de dificultades», y por ello demanda a los «agentes implicados» actuar con «responsabilidad».
La banda reitera su respaldo a los verificadores y, a pesar de que su sistema de neutralización de armas los ha dejado en evidencia, da a entender que continuará con ese «procedimiento prefijado», que implica enseñarles las armas, empaquetarlas, comprometerse a situarlas «fuera de uso operativo», quedárselas y entregar el inventario a Manikkalingam. Como defendieron los verificadores y Sortu el día en el que se difundió la cinta con los dos encapuchados y la paupérrima muestra de armamento, ETA insiste en que el proceso de sellado de armas no depende sólo de su propia «voluntad» ni de la «profesionalidad» de los mediadores internacionales.
En realidad, aunque la banda no lo diga de forma explícita, sus dirigentes distinguen entre sellado y entrega de armas porque su intención inicial es no realizar ningún tipo de entrega hasta que no se negocie una salida para huidos y presos. De hecho, aunque los verificadores han dicho que los pasos que están dando los etarras son unilaterales, en declaraciones a este diario no descartaron que, a la larga, quisieran obtener resultados. «Para ETA, los elementos más importantes son sus miembros, puede suponerse que quieran aprovechar y combinar ambas cosas y lo tienen muy presente», aseguraron.
ETA aspira también a que en la negociación –que en el pasado tenía que efectuarse indefectiblemente con el Estado y que ahora pasa a llamarse «conversaciones y acuerdos» y el interlocutor no viene definido– quede claro que todo se hace «sin menoscabo de su dignidad política» –como pidieron los portavoces de los presos (EPPK) el 28 de diciembre– y respetando su versión histórica de lo ocurrido –como exigieron los huidos en el acto de Biarritz a principios del pasado verano–.
Con este comunicado, la banda pretende insistir en su estrategia de presión al Gobierno no sólo en sus objetivos finales, sino también en el procedimiento. Quiere que no se realicen detenciones, como pidieron los verificadores, para que los etarras puedan moverse con libertad para hacer el inventario de sus armas.
Los expertos sostienen que una cosa es que ETA considere que puede llevar a cabo el proceso en dos fases –sellado y entrega– y la otra es que lo consiga. Según las fuentes consultadas, su final ideal sería la impunidad que las autoridades británicas concedieron al IRA, que ha provocado un enorme escándalo en el Reino Unido. Pero podría pasar que el sistema que ha ideado se vuelva contra ella, que cuanto más tiempo transcurra sin que dé pasos definitivos, más presión sienta por parte de sus propias huestes, que ya han asumido términos como «desarme».
La exigencia del Gobierno vasco –dispuesto a tener un papel de mediación con el Gobierno central– a ETA para que adopte los pasos necesarios de forma unilateral e inmediata puede ejercer una presión positiva relevante, según las fuentes consultadas. Aunque el lehendakari Urkullu, que considera que el final «ordenado» de ETA requiere de determinada estrategia, no haya asumido el argumento de que, si la banda quiere entregar sus armas, sólo ha de facilitar las coordenadas o la clave de los ordenadores.
El comunicado forma parte de la planificación de la banda, que tenía previsto escenificar el sellado con una segunda parte de las reuniones de Ayete –frustrada porque el bluf de la entrega de armas desaconsejó su celebración– que incluía la presencia de los mediadores encabezados por Currin y auspiciados por los abertzales, el comunicado y un acto, más adelante, con huidos.
Currin, en Bayona
El mediador Brian Currin, cercano a la izquierda ‘abertzale’, dijo ayer que es una «locura» un desarme unilateral de ETA e instó a Francia y España a que muevan ficha, se sobreentiende que en cuestiones como la política penitenciaria. Currin participó en un foro «por la paz» en el País Vasco francés. Lo hizo después de declarar en la comisaría de Bayona a instancias de la juez Laurence Le Vert.