ABC, 24/10/11
Cuando diseñó Bildu, la banda dejó claro que se quedaría con las armas y no pediría perdón a las víctimas
«ETA no desaparecería, continuaría como organización política dentro de la “izquierda abertzale”, hasta que otro tipo de situación y debates digan lo contrario». Con esta rotundidad se expresa la banda terrrorista en un documento interno de 2010 en el que exponía su estrategia negociadora y describe la situación que debería darse en el País Vasco tras la «resolución del conflicto político y armado».
Desde que, hace ya muchos años, introdujo en su estrategia terrorista la «negociación» —en una primera fase aspiraba a doblegar al Estado mediante las armas—, ETA ha expresado en multitud de documentos internos su «disposición» o «voluntad» a abandonar la «lucha armada». Claro está, con condiciones, es decir, que el gobierno de turno accediera a todas y cada una de sus reivindicaciones relacionadas con la creación de un «estado vasco independiente». Nunca sin embargo, que se sepa, se ha comprometido por escrito a disolverse como Organización, ni a entregar las armas. Precisamente, las dos exigencias que se le reclaman con urgencia tras anunciar la pasada semana el «cese definitivo» de su actividad criminal.
Antes al contrario, en el documento «ProDem» aportado por las Fuerzas de Seguridad del Estado al Tribunal Supremo como prueba contra Sortu y Bildu, los cabecillas de la banda aseguran que «ETA no desaparecería, continuaría como Organización política dentro de la «izquierda abertzale», hasta que otro tipo de situación y debates digan lo contrario». ¿A qué se refieren los criminales? ¿A que la banda solo se disolvería en caso de ver ya asentado un estado vasco independiente? De todas formas, resultaría perverso que Euskadi Ta Askatasuna (ETA), que ha firmado más de 800 asesinatos, se refundara en una organización política, con el agravante, además, de no querer entregar las armas ni pedir perdón a sus víctimas. Lo certifica en el mismo comunicado: «ETA no dará nunca las armas al enemigo, ni las romperá. Las guardará». El objetivo sería lavar con mentiras y manipulaciones su negra historia.
En el mismo apartado, los terroristas aseguran que «ETA no pedirá perdón por sus acciones», pero, por el contrario, «al Estado le pedirá el reconocimiento de las víctimas creadas por él y el uso de las formas violentas (torturas, cárcel…). Ya lo dejó claro en el comunicado en el que anuncia el «cese definitivo de su actividad armada», cuando enaltece a sus propios pistoleros y no expresa un amago de arrepentimiento por sus muchos crímees.
ETA no tiene intención de disolverse, pero tampoco los Rufino Etxeberria y compañía se lo han exigido. En efecto, en ninguna de las comunicaciones internas interceptadas por las Fuerzas de Seguridad en estos años de seguimiento e investigación a la ilegal Batasuna se ha detectado una sola petición a la banda para que se disuelva. Los expertos antiterroristas consideran, según se desprende del documento, que la banda va a permanecer como «gendarme» para vigilar, incluso teledirigir, la estrategia de los Bildu, Amaiur y Sortu.
La UE felicita a España
En este contexto, el Consejo Europeo aprobó ayer una declaración para apoyar y felicitar a España ante el anuncio del cese definitivo de la actividad terrorista por parte de ETA. Tras dar «la bienvenida con gran satisfacción» a esta decisión de la organización criminal, el Consejo Europeo expresó «su reconocimiento al Gobierno, los partidos políticos, las Fuerzas de Seguridad, las autoridades judiciales y al conjunto de la sociedad española por su empeño y determinación en su larga lucha contra la violencia terrorista». El comunicado inicial hacía alusión a «lucha armada», pero la representación española consiguió que se sustituyera ese término por el de «violencia terrorista».
El comunicado mostró también su reconocimiento «a la inestimable cooperación europea y a la solidaridad recibida, con especial gratitud hacia el pueblo y Gobierno de Francia». «Y mantendremos un especial recuerdo para las víctimas de esta violencia, recuerdo que debe perdurar para que tal violencia, que nunca debería haber ocurrido, no vuelva jamás».
ABC, 24/10/11