EL CORREO, 21/10/11
Declara su «cese definitivo» y pide a los gobiernos español y francés entablar un diálogo sobre el desarme y los presos
ETA dio ayer el paso que debió afrontar hace décadas. La organización terrorista anunció «el cese definitivo de su actividad armada» y puso fin a medio siglo de sinrazón y dolor. Mediante un comunicado divulgado en vídeo y por escrito, la banda hizo público su final, sin reclamar contraprestaciones salvo entablar un «diálogo directo» con los gobiernos de España y Francia para resolver «las consecuencias del conflicto». Una expresión esta última con la que la izquierda abertzale alude al desarme y a la situación de los presos y los etarras aún en activo.
La declaración, de poco más de medio folio, apenas dejó margen a la duda y fue saludada por los gobiernos central y autonómico así como por la gran mayoría de los partidos. El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, y el actual líder de la oposición, Mariano Rajoy, coincidieron incluso al mostrar su satisfacción por la noticia y al subrayar que la decisión de la cúpula etarra se produce sin obtener «contraprestaciones políticas». Ambos departieron con el Rey Don Juan Carlos, que calificó la noticia de «tranquilizadora». «Por fin hemos conquistado la libertad y la paz», añadió el lehendakari, Patxi López, que adelantó su regreso del viaje de corte empresarial que estaba realizando por Estados Unidos.
Sólo las víctimas evidenciaron cierto escepticismo ante el anuncio, que la banda transmitió a través de las ediciones digitales de Gara, Berria, la BBC y ‘The New York Times’. Los terroristas dejan en el camino 858 personas asesinadas y un incontable reguero de heridos.
El comunicado de ETA ve la luz en una semana plagada de acontecimientos significativos en Euskadi. Tras la celebración el lunes de una Conferencia de Paz en San Sebastián en la que seis exlíderes internacionales encabezados por el exsecretario general de la ONU Kofi Annan exigieron a la banda su desaparición. Y apenas dos días después de que la izquierda abertzale hiciera suya esa petición de cese definitivo al asumir en su integridad la declaración alumbrada por los exmandatarios mundiales.
Con una celeridad desconocida en sus anuncios, la banda responde al cónclave del lunes en el Palacio de Aiete -iniciativa que califica de «gran trascendencia política» y que «reúne los ingredientes para una solución integral del conflicto»- y acepta lo que allí se le pidió: dejar la violencia e instar a los gobiernos de España y Francia a «abrir un proceso de diálogo directo» con el único objetivo de resolver «las consecuencias del conflicto». La redacción del texto de ETA es, de hecho, muy similar al primero de los cinco puntos de la conocida como Declaración de Aiete.
La organización terrorista evita en este comunicado alguna de las que han sido sus señas de identidad desde hace décadas. En ningún momento hace mención a cuestiones como la territorialidad -que País Vasco, Navarra e Iparralde conforman una nación que debe ser entendida como tal- o la autodeterminación. Dos aspectos que sí aparecían en el texto que la banda hizo público el pasado enero, cuando declaró un alto el fuego «permanente, general y verificable». La inclusión de aquellos dos conceptos elevó, entonces, las dudas sobre las verdaderas intenciones de los terroristas. Su ausencia ahora aumentan la credibilidad del paso dado, según las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Pero hay más detalles que afianzan esa percepción. El primero, que el texto recalca en dos ocasiones que el paso dado ayer es «definitivo», sin vuelta atrás. El segundo, que la organización terrorista prescinde del termino negociación y alude al «diálogo directo» con los Estados español y francés. Unas conversaciones en las que no incluye abordar sus reivindicaciones políticas, posición recurrente en anteriores documentos.
Especial significado guarda también uno de los párrafos centrales del texto, en el que la organización terrorista subraya que «en adelante» los nuevos pasos, «cada logro», se obtendrán «fruto del esfuerzo y de la lucha de la ciudadanía vasca». Una batalla que, por tanto, queda restringida a las vías exclusivamente democráticas, según reconocen analistas de la lucha antiterrorista. Nada que ver con lo que los mismos etarras expresaban a principios de año cuando cerraron su documento de enero con un contundente «ETA no cejará en su esfuerzo y lucha por impulsar y llevar a término el proceso democrático, hasta alcanzar una verdadera situación democrática en Euskal Herria».
Extrema debilidad
¿Qué ha pasado entre uno y otro pronunciamiento? Fundamentalmente, que la banda terrorista se encuentra en una situación de extrema debilidad después de los sucesivos golpes que descabezaron la ‘serpiente’ etarra tras romper con el atentado de la T-4 el proceso de paz de 2006. Y que la izquierda abertzale ha terminado por ganar la pugna por el liderazgo del movimiento independentista. La presentación de los estatutos de Sortu, primero, con una apuesta por las vías pacíficas y, después, los magníficos resultados electorales obtenidos por Bildu -con el gobierno de la Diputación de Gipuzkoa y del Ayuntamiento de San Sebastián como grandes hitos- han dado un espaldarazo a las tesis que la antigua Batasuna defiende desde hace dos años, desde que sus bases aprobaran, de espaldas a ETA, la ponencia ‘Zutik Euskal Herria’.
También han influido las palabras que exportavoz de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi pronunció durante el juicio por el ‘caso Bateragune’ cuando afirmó que, en el actual escenario, la banda terrorista «sobra y estorba». La antigua Batasuna reconoce, asimismo, que el adelanto al próximo 20 de noviembre de las elecciones generales ha acelerado unos pasos que, según la ‘hoja de ruta’ de los radicales debían irse produciendo de forma paulatina hasta marzo, cuando en principio concluía la legislatura.
La declaración de final de la violencia llega a las puertas de unos comicios en los que todas las encuestas dan ganador, por mayoría absoluta, al PP de Mariano Rajoy. Y con la izquierda abertzale enrolada en las filas de la coalición Amaiur -suma de Bildu y Aralar-, cuyas expectativas de alcanzar un gran resultado subieron ayer como la espuma. La manifestación de mañana en Bilbao rematará la semana.
La paz ha llegado para quedarse. Tarde, pero ha llegado.
EL CORREO, 21/10/11