José Antonio Zarzalejos, EL CONFIDENCIAL, 18/10/11
El artículo que ayer firmé en este diario adjudicando a la “Conferencia” de San Sebastián el carácter de farsa, se quedó corto. El resultado de la conferencia ha “defraudado” hasta a sus más -la mayoría bienintencionados-partidarios en la opinión publicada española. Annan, Adams, Ahern, Gro Harlem, Joxe y Powell llegaron a la capital donostiarra a mediodía y pocas horas después suscribían un comunicado en el que se recogían, punto por punto y sin dejar ni una, las pretensiones de la banda terrorista ETA y de su entorno político. Las mismas que ya le fueron planteadas al Gobierno de Zapatero en el malhadado “proceso de paz” que ayer se reactivó con enorme energía.
El comunicado de estos personajes, de cinco puntos, se resume en lo siguiente:
1) No exigen a ETA su disolución y entrega de las armas, sino sólo su cese “definitivo” que tampoco se pide sea incondicional.
2) Legitiman a ETA para que si da ese paso -puramente verbal- negocie con los Estados francés y español las “consecuencias del conflicto”, es decir, la situación de los presos (tal y como pide el “acuerdo de Guernica”, es decir, amnistía, libertades provisionales, derogación de la doctrina Parot). Este es el contenido material de la llamada “mesa técnica” que ya la banda quiso constituir en el “proceso de paz” de 2006.
3) Sugieren (¿reclaman?) que los partidos políticos formen una “mesa política” con conclusiones que se someterían a una “consulta popular” con el objetivo de contribuir a una “nueva era en el conflicto”. Los personajes invitados (¿por quién y a cuenta de quién?) a San Sebastián bendicen la vieja tesis etarra de la solución del “conflicto” mediante el funcionamiento de dos mesas paralelas que desembocaría en excarcelaciones y referéndum para dilucidar sobre el derecho a decidir de los vascos.
Aconsejo la lectura a este respecto del trabajo de los profesores Roberto Blanco, Javier Corcuera y Carlos Martínez Gorriarán titulado “Sobre la mesa de partidos y el proceso de paz con ETA”, subtitulado “Una mesa vieja, inútil, innecesaria y antidemocrática”, texto publicado por la Fundación para la Libertad el 27 de noviembre de 2006, es decir, un mes antes de que la organización criminal asesinase en Barajas a dos ciudadanos y destruyese un aparcamiento de la T-4. Lo que “sugieren” los seis “facilitadores” (así quieren ellos que se les denomine) es, pues, tan viejo como viejas son las pretensiones de ETA, que suscriben en su integridad de manera más o menos explícita.
Obviamente, los facilitadores no utilizan en modo alguno la palabra “terrorismo”, “victimas del terrorismo” (se refieren a “todas las víctimas”), “asesinato”, “imperio de la ley”, “Estado de derecho” o similar. Todos son eufemismos, circunloquios y simulaciones, pretendiendo, y consiguiendo, una casi perfecta simetría entre ETA y el Estado (francés y español), tal y como se derivaría de un fenómeno, no delincuencial o terrorista, sino conflictivo de naturaleza política que sería preciso remediar mediante el diálogo y la negociación.
Como ETA dispone de Bildu y Amaiur, puede afirmarse que la banda no está derrotada sino que ayer ofreció un recital de poderío al respaldar coralmente sus tesis seis personajes de proyección internacional. El PNV -a buenas horas mangas verdes- dijo que “ETA jamás debió existir”, y el PSE que debía desaparecer, mientras López ponía tierra por medio y peroraba en Nueva York. Las víctimas -no invitadas a la “Conferencia”- irrumpieron pacíficamente en el Palacio de Ayete con el libro de Florencio Domínguez en ristre (“Vidas rotas”) en testimonio de los casi 829 asesinados a sus espaldas durante cuarenta y tres años de crímenes. Se supone que estas víctimas para el tecnicismo “pacifista” son daños colaterales del “conflicto”.
ETA ha logrado todos sus objetivos. Hoy su entorno en la legalidad va a comparecer “solemnemente” para continuar con la farsa. La banda ejecutará, como ya tenía previsto, los pronunciamientos acordados con la izquierda abertzale, Lokarri y el Grupo Internacional de Contacto, y los nacionalistas y socialistas regresarán a sus sedes con una, para ellos, soportable dosis de ridículo.
Para que comprueben hasta qué punto ETA no está derrotada y persiste con notable éxito de crítica y público en su propósito de legitimarse y terminar con un logro negociador, sustituyendo al PNV en la hegemonía del nacionalismo, lean la declaración de ese obtuso personaje, Brian Currin, que debería ser declarado “persona non grata”, hecha en junio de este año a Le Monde Diplomatique:
“En efecto, aunque la organización clandestina renuncie definitivamente a la violencia y deje las armas, puede temerse que el Gobierno español entre en punto muerto sobre los aspectos políticos del conflicto, para proclamar su victoria en la lucha contra el `terrorismo´. La constitución del Grupo Internacional de Contacto está dirigida, en parte, a impedirlo.”
Más claro agua: ETA dispone de demasiadas complicidades como para suponer que ya está derrotada. Y ayer las mostró a quien quiso verlas y lo hizo con la mayor obscenidad y prepotencia.
José Antonio Zarzalejos, EL CONFIDENCIAL, 18/10/11