LA RAZÓN 18/07/13
ETA se mantiene enrrocada en su exigencia de que la única manera que existe para superar lo que denomina «bloqueo del proceso» es que los gobiernos de España y Francia se avengan a negociar con los pistoleros, no sólo las «consecuencias del conflicto» (y aquí está la novedad) sino también las soluciones «para la paz. Expertos antiterroristas, consultados por LA RAZÓN, subrayan que la cerrazón de la banda obliga a redoblar las alertas de seguridad, ya que lo que ha quedado meridianamente claro es que los ejecutivos de Madrid y París no se van sentar a dialogar con los pistoleros.
En un comunicado, publicado ayer en el diario «Gara», presentado, como es costumbre con una traducción parcial de cuya lectura sólo se podría deducir la buena voluntad de los terroristas, ETA advierte además que mantiene «desacuerdos concretos» con las conclusiones del Foro Social (promovido por los los «otegis», los posibilistas de Batasuna) y que ha designado una representación para comunicárselos a esa entidad. Se tratará de una fanfarronería o de una realidad, pero es una magnífica oportunidad para que las Fuerzas de Seguridad detengan a los integrantes de esa «representación». Y si los del llamado «Foro Social» no colaboran, se pongan los hechos en conocimiento de la Justicia.
La banda, que inicia el comunicado con el inevitable «organización socialista revolucionaria vasca para la liberación nacional», recuerda que ya adoptó en su día la medida unilateral de anunciar el fin de las actividades armadas (octubre de 2011), mientras que «los gobiernos de España y Francia, en cambio, no han dado ninguna respuesta positiva».
La banda dice, por un lado, que está «abierta para analizar toda opción que tenga como objetivo una salida racional y que, sin esperar a que se inicien las conversaciones entre ETA y los gobiernos, valora positivamente el fortalecimiento del protagonismo de la sociedad». Pero, a continuación, sobre las conclusiones del citado Foro Social, señala que «tiene su propia lectura sobre contenidos concretos, y también tiene sus aportaciones, matizaciones y desacuerdos concretos». En una palabra, que, como es habitual, pretende marcar la estrategia a seguir en el futuro.
En este sentido, y como ha hecho en todos los «procesos», ETA se irroga el protagonismo para tratar no sólo de las «consecuencias del conflicto» (presos y expulsión de las Fuerzas de Seguridad del País Vasco y Navarra), sino también todo lo «necesario para construir la paz. Será la solución completa, pero se tienen que abrir también otros ámbitos de diálogo para conseguir los acuerdos que se necesitan para superar las causas del conflicto político».
Es decir, que estamos como en octubre de 2011, cuando ETA, al hacer público el comunicado sobre el supuesto «cese definitivo», dejaba claro que el «conflicto» se mantenía abierto, y su resolución dependía de la negociación; en una palabra, que se les diera lo que han exigido desde su fundación: amnistía, independencia y socialismo. De hecho, el comunicado concluye con vivas a «Euskal Herria libre y socialista» y a «luchar hasta conseguir la independencia y el socialismo».