ABC, 20/2/12
La «izquierda abertzale» ultima un documento en el que mostrará su apoyo a «todas las víctimas del conflicto» y escenificará su petición a ETA para que reconozca el «dolor y el sufrimiento» causados como consecuencia de la «lucha armada». Todo ello enfocado a presionar al Gobierno de Mariano Rajoy para que emprenda «gestos», como la legalización de Sortu y la liquidación de la «doctrina Parot».
La declaración pública de los herederos de Batasuna iría en la línea de la difundida recientemente por el conjunto de los firmantes del Acuerdo de Guernica. La novedad, según apuntan fuentes conocedoras de la situación, sería la petición expresa a la banda de que reconozca el «dolor y el sufrimiento» que ha causado durante más de medio siglo de terror. Esta solicitud irá pareja a otra redactada en similares términos y dirigida al Ejecutivo para que también reconozca el daño por tantos años de «represión».
La maniobra de la «izquierda abertzale» responde al emplazamiento hecho por los «mediadores internacionales» a raíz de la «Conferencia de Paz» celebrada en San Sebastián el pasado octubre. Pero los herederos de Batasuna intentan sacar rédito de esta escenografía, ya que a partir de ese momento, y contando con la presión del grupo de Brian Currin, instarán al Gobierno de Rajoy a que «mueva ficha». Unos gestos de distensión que deberían comenzar con la liquidación de la «doctrina Parot» y la legalización de Sortu. Dos interrogantes a día de hoy, pero que serán despejadas en fechas próximas.
Con el precedente de Bildu y Amaiur, la mayoría de los observadores coinciden en que Sortu será legalizado y se convertirá en el partido que represente a los herederos de Batasuna en la alianza que volverá a firmar con EA y Alternatiba, quizá también con Aralar, para concurrir a las elecciones autonómicas de 2013.
Pruebas contundentes
En el transcurso del último año no se han recabado pruebas tan contundentes como las que presentaron contra
Bildu las Fuerzas de Seguridad del Estado, y tumbó después el Tribunal Constitucional. Por su parte, este órgano jurisdiccional resolverá, de manera individualizada, los recursos presentados por presos etarras contra la «doctrina Parot», pero la tendencia generalizada, según subrayan las fuentes consultadas por ABC, apunta a que no se aplicará al menos en la mayoría de los casos.
Estrategia sincronizada
Al tratarse de una estrategia sincronizada, una vez que la «izquierda abertzale» difunda su emplazamiento ETA hará público un pronunciamiento en el que reconocerá, con todos los matices, el «dolor» causado. Los medios consultados señalan que los presos etarras también mostrarán su adhesión a este documento de apoyo a «todas las víctimas del conflicto».
Sin embargo, hay un número considerable de internos etarras que están poniendo obstáculos a que el colectivo como tal suscriba la declaración. Los presos son precisamente el colectivo que más cerca ha estado de las tesis de ETA durante el proceso interno llevado a cabo desde 2009.
El documento presentado el pasado diciembre por los firmantes del Acuerdo de Guernica expresaba la «necesidad de reconocimiento, reconciliación y reparación de todas las víctimas originadas por el conflicto político y la realidad de las múltiples violencias». «Entendemos que todas las víctimas de todas las violencias deben ser tratadas por igual, sin distinciones ni categorías…», recalcaba. Así pues, añadía el documento, «reconocemos el dolor y el sufrimiento que las múltiples violencias han producido en Euskal Herria, y mostramos nuestro pesar a los familiares de las víctimas mortales».
En otro momento, los firmantes del Acuerdo de Guernica subrayaban la importancia de que «se conozca la Verdad…». «Reconocemos el derecho de las víctimas a ser recordadas, a que no se olvide lo ocurrido, a la recuperación de la memoria y a la realización de actos de recuerdo».
Pero ¿estádispuesto «Txapote» a recordar cómo secuestró, torturó y asesinó a Miguel Ángel Blanco? ¿Y a pedir perdón a su familia? ¿Asume Parot el dolor causado a los familiares de las víctimas de la casa cuartel de Zaragoza? ¿Querrá Jesús Zabarte Arregi, «Karnicero de Mondragón», que se recuerde cómo su «comando» asesinó a un policía que era trasladado en una ambulancia tras sobrevivir a un atentado en el que murieron cuatro agentes?… No es de extrañar la resistencia de muchos reclusos a remover el pasado, aunque sirva como coartada para reivindicar la existencia de un inexistente conflicto vasco.
ABC, 20/2/12