ABC 18/04/14
· Coinciden en actos de insumisión, cadenas humanas y asambleas para forzar la secesión.
· La ANC propone que en el caso de que no se realizara la consulta porque la Generalitat es intervenida por el Estado, la «asamblea de cargos electos» procedería a la declaración unilateral de independencia.
La estrategia de «desobediencia civil» que ahora maneja la Asamblea Nacional Catalana (ANC), para imponer de manera ilegal la secesión, ya fue diseñada hace 20 años por ETA y recogida en el «Plan Pitzu» (Encender), con el objetivo de presionar a los gobiernos de España y Francia. También la banda proponía entonces la creación de una asamblea constituyente y acciones continuadas de insumisión al Estado.
El «Plan Pitzu», diseñado en 1994 e incautado al cabecilla de ETA José Javier Arizkuren Ruiz, «Kantauri», en marzo de 1999, centraba su estrategia «en la insumisión al Estado con la desobediencia civil como columna vertebral de la lucha y el consenso con los organismos populares, sindicales y de otra índole». Por su parte, la ANC asegura ahora en el documento «Etapa posterior al 9N» que «el proyecto de la desobediencia a la soberanía es el instrumento a partir del cual la Asamblea está preparando esta etapa decisiva del proceso. Por el carácter que puede tener, parece adecuado que se trabaje con la máxima confidencialidad». Y, con esta confidencialidad, la ANC elabora, a través del colectivo «Juristas por la independencia», manuales en los que se contemple la táctica de la desobediencia civil. En el «Plan Pitzu», ETA tenía como «tapadera» a la fundaciones Joxemi Zumalabe y ABK, que diseñaban la convocatoria de «mareas humanas», al estilo de las recientes «cadenas humanas» independentistas de la «vía catalana».
Acciones sistemáticas
Según el proyecto que maneja la ANC de insumisión al Estado, en esos manuales se deben impartir instrucciones para llevar a cabo múltiples acciones de seguimiento masivo, pero de poca intensidad, a fin de no ser catalogadas como hechos graves susceptibles de ser un delito penal, aunque sí una simple falta. Como si se hubieran inspirado en el plan de ETA incautado a «Kantauri». Lo cierto es que el «Plan Pitzu» apuntaba: «Esa llamada a la imaginación desobediente obliga a una nueva cultura política que ataque al Estado desde la base. Desobedecer desde las mismas entrañas del pueblo, no solo con una acción, sino con miles de actos voluntarios –uno por persona–, que desordenen el entramado jurídico legal».
También ETA, como ANC, quería blindar a los ciudadanos para no incurrir en actos delictivos que les llevaran a prisión. Así, la banda planteaba que solo «los militantes más comprometidos sean los que acometen las acciones más ilegales. Se preparan militantes para acciones desobedientes de envergadura. Personas especialmente dispuestas a todo». El resto tendrían encomendadas, como los catalanes ahora, acciones de baja intensidad.
En su «hoja de ruta», los independentistas catalanes advierten de que «todas las estructuras de la ANC deben estar perfectamente preparadas para actuar» tras el 9 de noviembre de 2014, fecha de la pretendida consulta soberanista. Una etapa que «puede ser relativamente larga y dura». Afirmación tan inquietante como la que recogía ETA en su plan: «La cuestión es ir creando un espíritu ilegal en la gente para avanzar escalonadamente a mayores cotas de desobediencia y de contrapoder. Es crear una red de resistencia…¿por qué no volverles locos con acciones desobedientes, para que no pudiéndonos acusar de nada, les rompamos los morros de su propia legalidad?».
En la estrategia etarra, se contemplaba la asociación de electos municipales –Udalbiltza– como embrión de una «asamblea constituyente» que impulse la segregación. La ANC propone que en el caso de que no se realizara la consulta porque la Generalitat es intervenida por el Estado, la «asamblea de cargos electos» procedería a la declaración unilateral de independencia. Tal y como ya informó ABC, al menos una quincena de miembros de la ANC tienen vínculos con el entorno etarra o los tuvieron con Terra Lliure.
ABC 18/04/14