ABC, 4/6/12
Si no se construye un relato fiel de lo que ha sido medio siglo de terror, dentro de 20, 30 ó 50 años, las futuras generaciones escucharán que los «comandos» de ETA, a las órdenes de un «jefe militar», lucharon por la «liberación nacional» de «Euskalherri
Estos son algunos de los vocablos que la jerga de ETA ha conseguido imponer en nuestro léxico del día a día, con el regocijo de quienes desde el ámbito de los filoterroristas diseñan ya su perversa «memoria histórica», que recoge la existencia de un «conflicto» en el que hubo víctimas por ambas partes. Esta es su desmitificación:
«Comando»
Término acuñado para referirse a un grupo de dos, tres o cuatro terroristas que matan a seres indefensos por la espalda o con el no menos cobarde procedimiento del coche bomba activado a distancia. ¿Por qué no referirse a ellos como grupúsculo, partida de facinerosos o facción de pistoleros?
«Jefe o aparato militar»
Es el término que se ha empleado, por ejemplo, para referirse a terroristas de la calaña de «Mamarru», «Txikierdi», «Santi Potros», «Txeroki», «Ata»…Hablar de jefe de pistoleros los habría definido mucho mejor.
«Lugarteniente»
Los cabecillas encargados de los diferentes «aparatos» de ETA tienen sus correspondientes «lugartenientes» que les relevan en caso de ser detenidos. Otro vocablo robado de la terminología militar. A estos cabecillas de banquillo les vendría más ajustado el término «número dos» o colaboradores.
«Desmilitarización»
La «hoja de ruta» de Anoeta alude a que en la «mesa técnica» ETA y Gobierno deberían hablar de «desmilitarización», un término que ahora se utiliza habitualmente cuando en el caso de la banda habría que hablar de entrega de las armas y disolución de la organización criminal.
«Conflicto
» Que para ETA-Batasuna tiene dos vertientes: «político» y «armado». Término etarra que es utilizado ya habitualmente en los medios de comunicación. Se trata, lisa llanamente de actividad terroristas, porque en estos 5o años no ha habido dos partes enfrentadas.
«Logística»
Es otro vocablo que la banda criminal ha cogido de la terminología militar para referirse a sus almacenes de armas y explosivos, a los garajes en los que monta y oculta coches bomba o a los talleres en los que falsifica documentación. Sería más apropiado hablar de estructura clandestina con fines terroristas.
Tregua/alto el fuego
Las habidas hasta la fecha han sido maniobras tramposas que la banda ha aprovechado para reorganizarse, después de haber quedado debilitada por la eficacia policial. Los propios cabecillas de la organización terrorista lo han reconocido en documentos internos. Sería consecuente, por tanto, hablar de «parada técnica o estratégica».
«Impuesto revolucionario»
Los medios de comunicación y la opinión pública en general utilizan este término con absoluta normalidad, algo que puede sorprender más cuando en este caso esta actividad tiene una clara denominación: extorsión o chantaje.
«Tesorero»
Así se le ha denominado durante mucho tiempo al encargado de ETA de coordinar la extorsión y el blanqueo del dinero obtenido. En los años setenta y ochenta, los mal llamados «tesoreros» de la banda criminal fueron, entre otros, «Señor Oxia» o «Señor Robles», por los que había que preguntar en el sur de Francia. Le va mejor a esta figura terrorista la denominación de «capo de la camorra etarra».
«Rescate»
En los secuestros con móvil económico, ETA exigía un «rescate» como condición para liberar a su rehén. Y durante muchos años la opinión pública, e incluso la clase política, ha utilizado este término. ¿Por qué no botín?
«Proceso de paz»
Es, probablemente, el término más hipócrita de los que utiliza ETA en su siniestro diccionario. El Ejecutivo de Zapatero lo hizo suyo, hasta el punto de decir que sujetos como Otegi o De Juana eran «hombres del proceso» o que estaban «con el proceso». En su documento «ProDem» aportado como prueba contra Bildu, la banda reconocía que el «proceso de paz» no busca como objetivo último la ausencia de violencia, sino la autodeterminación. Por tanto, «proceso» sí, pero de la mentira, del terror.
«Negociación»
ETA no busca la negociación, sino la imposición. Ya lo decía en las décadas de los setenta y ochenta: La Alternativa KAS, la amnistía, la autodeterminación «no se negocian». Lo que ocurre que, tras admitir que nunca podría doblegar al Estado con la práctica terrorista, se inventó la estrategia tramposa de la negociación.
«Mediadores»
Si se emplea este término para referirse a los hombres de Currin, se está asumiendo que hay un enfrentamiento entre el Estado español y el pueblo vasco que requiere la presencia de agentes imparciales que medien. Nada más lejano de la realidad, así que el denominado Grupo Internacional de Contacto es un «lobby» extranjero que juega a favor de las tesis de ETA-Batasuna.
«Verificadores»
Descartada cualquier capacidad para comprobar el número de armas y explosivos que conserva ETA y su voluntad de entregarlas algún día, los mal llamados «verificadores» son también «asesores internacionales» que se abonan a las posiciones de ETA-Batasuna. Constituyen una trama que sirve como altavoz internacional a las proclamas etarras.
«Izquierda abertzale»
Es probablemente el término más utilizado en los medios de comunicación y en la opinión pública en general. Se ha dado el caso de que, durante un Pleno en el Congreso, un diputado espetó a otro que no le dejaba hablar con un «no me sea usted abertzale». Pues bien, la traducción al castellano es «izquierda patriótica», la antítesis de lo que pueden representar los Otegi, Rufino Etxeberria, «Ternara» o «Antxon».
«MLNV»
Siglas que corresponden al mal llamado Movimiento de Liberación Nacional Vasco, que tradicionalmente ha dirigido ETA y del que forman parte Batasuna, Lab, Segi… Hablar del complejo o de la trama ETA se corresponde más con la realidad y, sobre todo, con la justicia.
«Dirigente histórico
» Se utiliza este término, con demasiada frecuencia, para referirse a un cabecilla que lleva muchos años integrado en la banda terrorista. Si esta es la razón, ¿por qué no hablar de cabecilla con «amplio historial delictivo o sanguinario» sobre sus espaldas?
«Refugiado»
ETA no tiene «refugiados», sino terroristas prófugos que huyen a terceros países para eludir la Justicia. Y quienes son acogidos por regímenes como el chavista, mantienen esa condición aunque sea con impunidad.
«Interlocutores en prisión»
En ningún caso han sido reconocidos por el Gobierno para negociar beneficios penitenciarios. Y como su misión prioritaria es mantener la disciplina de los presos, se les debería llamar «comisarios políticos» o, mejor, «chivatos».
«Comité ejecutivo»
Cuando se atribuye a ETA un órgano de estas características se está contribuyendo, aunque sea incosncientemente, a darle formato de partido o sindicato. Lo mismo que cuando se alude a su «asamblea». La banda la dirigen unos cabecillas que imponen sus órdenes a los pistoleros.
«Reivindicación»
Cuando ETA practicaba el terrorismo, difundía comunicados para, según aceptación generalizada, «reivindicar» los atentados y darse así propaganda. Se correspondería más con una banda de delincuentes hablar de que ETA se confiesa autora de sus crímenes.
«Gudari Eguna»
No es tolerable que cada 27 de septiembre la opinión pública asuma que la banda celebra el «día del soldado vasco» en homenaje a los pistoleros muertos en la vorágine de su práctica terrorista. Será el día del enaltecimiento del pistolero.
«Legales y liberados»
Más correcto hablar de etarras no fichados por las Fuerzas de Seguridad y de pistoleros a sueldo y con dedicación exclusiva.
«Ongo etorri»
Son actos de bienvenida a los etarras que salen de la cárcel, pero lo que importa es que constituyen actos de enaltecimiento del terror.
ABC, 4/6/12