LA RAZÓN, 17/1/12
El hallazgo, entre los carnets falsificados que llevaban los tres etarras detenidos el sábado en Francia, de uno de nacionalidad portuguesa, ha hecho sospechar a los expertos que la banda va intentar montar de nuevo una base en el vecino país, tras el fracaso que supuso el descubrimiento, en enero de 2010, de la que ya tenían en un chalet de Óbidos.
MADRID- Fuentes antiterroristas, consultadas por LA RAZÓN, han señalado la incautación de este documento como algo novedoso, que no había ocurrido hasta ahora, lo que puede dar pistas sobre las intenciones de ETA.
Uno de los arrestados en la operación del pasado fin de semana, Jon Echeverría, perteneciente a la «logística militar», había participado en la operación para organizar la base desmantelada. Sus huellas aparecieron en diversos elementos de los que transportaba la furgoneta que trasladaba abundante material desde Francia al chalet de Óbidos. Conocía, por lo tanto, el «modus operandi» a seguir en acciones de este tipo y, dada la presión que sufre ETA en Francia y España, la alternativa de Portugal parece la menos arriesgada en estos momentos.
A estas alturas del alto el fuego, (cese definitivo incluido) son muy pocos los que dudan de que entre las opciones de la banda está la de volver a cometer atentados, con más o menos intensidad. Se trataría de lanzar una advertencia al Gobierno del Partido Popular, que, desde el primer momento, se ha negado en rotundo a seguir con el «proceso» que socialistas y nacionalistas pusieron en marcha durante la anterior legislatura.
El paso de la frontera entre España y Portugal resulta mucho menos complicado que el de Francia y, dentro de unos meses, cuando vuelva el buen tiempo, será mucho más fácil para los etarras intentar camuflarse como turistas. El documento portugués estaría destinado al alquiler del local o locales necesarios para montar el nuevo depósito.
Las investigaciones que se han realizado desde el sábado han permitido saber que Jon Echeverría se había trasladado a París para comprar los materiales (resinas de sellado y bases en las que poner circuitos impresos) desde algún punto de la geografía francesa. Este lugar no estará muy lejano a la localidad de Joigny, en la Borgoña, en cuya estación le esperaban, para llevarle al «piso de seguridad», los otros dos etarras, Íñigo Sancho y Rubén Rivero, ambos provenientes de Segi que habían entrado en ETA durante el supuesto alto el fuego.
Al tratarse de materiales que se utilizan en la fase final de la fabricación de artefactos, cabe pensar, según las citadas fuentes, que estos individuos tenían ya varias bombas prácticamente preparadas para su utilización. La potencia y el tipo de los artilugios, es un misterio y se confía en que, una vez localizado el piso o casa rural, en el que se escondían, se puedan obtener pistas sobre sus intenciones. De momento, la Policía francesa ha publicado en los periódicos de la zona las fotografías de los terroristas y solicita la colaboración ciudadana que, en el caso de Francia, siempre se produce.
Los otros documentos de identidad que se les incautaron, DNI españoles y carnes profesionales de la Guardia Civil, además de su utilización en Francia, habrían servido para el paso por España camino de Portugal, en el caso de que algún miembro de las Fuerzas de Seguridad les hubiera solicitado la identificación.
En enero de 2010, fue la intuición de una pareja de la Benemérita, de servicio en la localidad zamorana de Bermillo de Sáyago, la que permitió abortar el plan de la banda. En la furgoneta, fueron encontrados, además de un fusil con mira telescópica, armas cortas; munición; pentrita, un elemento para reforzar la potencia de las explosiones; temporizadores; sensores anti movimiento para las bombas lapa; etcétera.
LA RAZÓN, 17/1/12