EL MUNDO – 30/08/15
· ‘Antza’, ex ‘número uno’ de la banda, toma el mando del colectivo para asegurar la disciplina.
La organización terrorista ETA ha logrado hasta ahora mantener intacto su control sobre los presos de la banda –96– que cumplen condena en 26 prisiones de Francia. Según explican fuentes de la lucha antiterrorista, la situación penitenciaria de los internos de ETA en el país vecino no es equiparable a la de los cerca de 300 internos que cumplen en las cárceles españolas.
Desde hace más de un lustro y gracias a sucesivas operaciones de la Guardia Civil (las tres últimas Jaque, Mate y Pastor fueron definitivas) se ha logrado acabar con el denominado frente de Makos (cárceles), el órgano dependiente de la dirección etarra encargado de mantener la cohesión interna entre todos los presos. Los abogados eran la clave. Se hacían cargo teóricamente de las defensas de los presos pero, como ha quedado acreditado en documentación policial aportada a las causas que se siguen en la Audiencia Nacional, eran en muchos casos las correas de transmisión para evitar la ruptura de la disciplina del colectivo.
Para que la presión sobre este entorno etarra fuera totalmente eficaz, se necesitaba la cooperación de Instituciones Penitenciarias, que desde hace años ha funcionado en perfecta coordinación con los servicios antiterroristas con el fin de acabar con esta estructura de mando de la banda.
En Francia, sin embargo, el órgano que controla a los presos sigue vivo. Aún hay abogados del entorno abertzale que sirven de correos. Los más duros aún tienen fórmulas para trasladar órdenes a las cárceles que los presos deben cumplir.
Al frente de esta estructura directiva de ETA, se encuentran dos de los etarras más sanguinarios: el que fuera número uno de la banda hasta su detención en 2004, Mikel Antza –bajo cuya dirección ETA cometió 23 asesinatos– y su compañera Anboto.Según informan estas fuentes, ambos son los responsables no sólo de que sus consignas se cumplan, sino de que haya una sola voz que salga desde las prisiones Y esa voz es la suya.
Desde mediados de 2014 y tras los reiterados golpes policiales a la estructura de apoyo al colectivo de presos, Antza –que cumple condena en una cárcel francesa y está previsto que salga de prisión en 2016– y Anboto han asumido por la vía de los hechos la dirección del colectivo de presos en Francia. Antza no tiene causas pendientes en España, por lo que el día que sea excarcelado quedará totalmente en libertad. La Justicia española no ha podido encontrar pruebas para implicarle en los asesinatos que ordenó cuando era el número uno de la banda. Entre ellos, el de Miguel Ángel Blanco. Ningún etarra ha dado datos sobre quién le daba las órdenes para perpetrar atentados ni quién o quiénes eran los ideólogos.
Ambos etarras cuentan, para el control de los presos en el país vecino, con el apoyo de la llamada Koordinadora Taldea (KT) que pervive en Francia, así como de un grupo de abogados militantes de ETA que, aprovechando las garantías existentes para las comunicaciones abogado-cliente, trasladan las instrucciones recibidas de la dirección etarra a los reclusos durante las visitas.
En los comunicados que se atribuyen a Antza y Anboto se puede apreciar la mano del núcleo duro de la banda. En los mismos no traspasan ni un milímetro las denominadas líneas rojas trazadas por la organización años atrás. Muestran claramente su oposición al arrepentimiento, la colaboración en el esclarecimiento de los atentados y la identificación de miembros de la organización terrorista; que aún existe, cuenta con medio centenar de miembros viviendo en la clandestinidad y aún guarda zulos con armas.
Antza ha ganado puestos e importancia de nuevo por la debilidad casi absoluta del frente de cárceles en España. Ha quedado sin capacidad de comunicación con el exterior ni entre los propios presos. Los expertos consultados consideran que el colectivo de presos no es que sea un barco a la deriva «sino un conjunto de embarcaciones sin rumbo, que hacen agua, donde cada cual es su propio capitán y orienta la nave hacia donde le conviene, sabe o le interesa», apuntan estas fuentes.
Estos especialistas creen que para resquebrajar el frente que aún mantiene intacto ETA en Francia sería clave lograr que al menos sus máximos cabecillas –Antzay Anboto– cumplieran el resto de penas en prisiones españolas. Y recuerdan que las últimas directrices fijadas desde Europa abren la puerta para que los presos españoles que cumplen condena en otros países de la UE puedan ser trasladados a prisiones de su país.
Según estas fuentes, el Ejecutivo de Rajoy ya tiene sobre la mesa esta propuesta, aunque el traslado depende de un futuro acuerdo con el Gobierno francés. ETA sabe que el traslado de todos sus presos a España supondría el punto y final para el control interno. Por eso, como ya desveló este periódico, la banda ha buscado acercamientos al Ejecutivo de Hollande, en concreto al Ministerio de Justicia que dirige Christiane Taubira para intentar evitar los traslados.