ABC 20/03/13
· La banda terrorista consideraba la liquidación de la «doctrina Parot» como objetivo prioritario en una negociación «técnica» con el Gobierno del PSOE
· «La excarcelación de los presos puede ser un activo político para la izquierda abertzale si se dan pasos para capitalizarlo y si se integra como triunfo». Así lo afirma ETA en el documento interno «Euskal Herria hacia su independencia», fechado en 2010 y considerado su «hoja de ruta» para los próximos años, y que la Guardia Civil aportó al Tribunal Supremo como prueba contra Bildu y Sortu.
Y atendiendo a las consignas de la banda criminal, los herederos de Batasuna se han apresurado raudos a obtener rédito político de un posible fallo del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo favorable a la liquidación de la «doctrina Parot». El pasado fin de semana se anunciaba la presencia en Estrasburgo de una destacada delegación de Amaiur, con Mikel Errekondo a la cabeza. Mientras, ayer, varios portavoces de Bildu, entre ellos Marian Beitialarrangoitia, la misma que pidió un aplauso para los asesinos de la T-4, se ufanaron de que si Europa les da la razón, los gobiernos de España y Francia «estarán obligados a modificar la política penitenciaria».
La «izquierda abertzale», por indicaciones de la banda, pretende que los presos que pudieran salir en el caso de que se tumbe la «doctrina Parot» se incorporen de inmediato a la estrategia que llevan a cabo Bildu y Sortu. Los medios de la lucha antiterrorista consultados por ABC recuerdan que se trata de presos que en su día fueron sometidos a un férreo adoctrinamiento, bajo la influencia de Domingo Iturbe Abásolo, Txomin», y que, a diferencia de los de última generación, pueden ser repescados, con garantías, para el frente político, en una etapa crucial para el futuro de ETA.
Muy adoctrinados
Entre ellos se citan a reclusos como Isidro Garalde, «Mamarru»; Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, «Txikierdi»; José Antonio López Ruiz, «Kubati»; Ignacio Arakama Mendía, «Makario», o José Javier Zabaleta Elósegi, «Baldo». Suman decenas de asesinatos. Nunca, mientras han permanecido en prisión, han dejado de mostrarse como militantes activos de la banda. En ellos, ni un ápice de arrepentimiento, ni una mínima tentación de revisar el pasado criminal. Representan la banda terrorista más ortodoxa. Su incorporación a la estrategia de Bildu/Sortu tendría los mismos efectos que la reorganización de una ETA «política», adaptada a un escenario sin atentados, que en ningún paso se plantearía su disolución incondicional.
Los mismos medios advierten, por otra parte, de que si finalmente la liquidación de la «doctrinma Parot» deja en libertad a más de medio centenar de etarras, entre ellos los citados como más emblemáticos, ETA habría conseguido, sin necesidad de entablar un diálogo con el Gobierno, y sin hacer un solo gesto, como su desaparición y entrega de las armas, algo que en principio lo tenía reservado a la denominada «mesa técnica», que debe negociar sobre las «consecuencias del conflicto», esto es, «paz por presos». Precisamente lo que viene buscando en la actual coyuntura, consciente de la firmeza del Ejecutivo de Rajoy y de una Francia que le hostiga en su territorio sin tregua.
Los presos, como prioridad
Efectivamente, en el mencionado documento «Euskal Herria hacia su independencia», ETA reconoce que «previendo que el proceso democrático –negociación– puede ser largo, y sabiendo que el acuerdo de solución o resolutivo vendrá con la aplicación del Marco Democrático –estado vasco independiente– no se puede retrasar hasta ese momento la amnistía y la excarcelación de los presos». Es decir, si Estrasburgo falla a favor de la liquidación de la «doctrina Parot», podría poner a ETA en bandeja lo que el Ejecutivo de Rajoy, en estrecha sintonía con las autoridades de Francia, le vienen negando. Es más la organización criminal admite que los presos son una baza para el Gobierno ante una hipotética negociación, y si se le arrebata, la ventaja se inclinaría a favor de la propia banda.
En cuanto a la negociación sobre los presos, la banda incluye en una primera fase –«acuerdo de mínimos»– la excarcelación de aquellos que han cumplido las tres cuartas partes de la condena, los que padecen algún tipo de enfermedad, los procesados en macrojuicios (Batasuna, Ekin…) y de quienes se ven afectados por la «doctrina Parot». Sobre el resto de reclusos, la banda establece un calendario, y da prioridad a la excarcelación, precisamente, de aquellos que llevan «más de 20 años en la cárcel». es decir, la mayoría de quienes permanecen entre rejas gracias a la aplicación de la «doctrina Parot». Después, según la «agenda» de ETA, deberían ser excarcelados los que están privados de libertad desde hace 15 años.
En este contexto, la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, entregará hoy al Tribunal de Estrasburgo 10.000 firmas recogidas en apenas 48 horas en apoyo de la «doctrina Parot». La campaña proseguirá en los próximos días para lograr el mayor número de respaldo.