ABC 25/11/12
Plantea plazos para la desmovilización de sus pistoleros y la amnistía, pero con exigencias.
ETA, desesperada porque sus pretensiones chocan con la firmeza de Rajoy, propone una «agenda de diálogo» para negociar con el Gobierno el regreso de los terroristas prófugos, la amnistía para sus presos e incluso plantea «la disolución de las estructuras armadas», eso sí, a cambio de que las Fuerzas de Seguridad abandonen el País Vasco y Navarra. Y todo ello para eludir el anuncio de su disolución incondicional y entrega de sus armas, verificada por la Policía y la Guardia Civil, que es lo que ayer le volvió a exigir el Ministerio del Interior.
En una reciente entrevista a ABC, el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, dijo estar al corriente de estos nuevos movimientos de la banda, y adelantó que «al Gobierno no le afectarán estos golpes de efecto». En este sentido, insistió en que el Ejecutivo ni negocia ni negociará con los terroristas y ofreció, como única salida, la reinserción individualizada, conforme establece la Ley.
Los expertos antiterroristas esperaban «un golpe propagandístico» de ETA de estas características, perfectamente sincronizado: por una parte, con la reunión que hace pocos días mantuvieron el exjefe del gabinete técnico de Tony Blair, Jonathan Powell y representantes de la «izquierda abertzale y el PNV; y, por otra, con la reedición de la «Conferencia de Ayete» que el 15 de diciembre se va a celebrar en Bayona. Todo ello encaminado a desbloquer lo que denominan «proceso», que no avanza hacia sus pretensiones por la firmeza del Gobierno.
Siniestro calendario
En el comunicado, ETA pretende abordar con el Ejecutivo «las fórmulas y plazos» para lograr la amnistía de sus presos y el regreso de los pistoleros prófugos. La banda terrorista propone negociar «las fórmulas y plazos del desarme, la disolución de las estructuras armadas y la desmovilización de los militantes de ETA». Ello, a cambio de hablar también sobre «los pasos y plazos para la desmilitarización de Euskal Herria, adecuando al final de la confrontación armada las fuerzas armadas que están en Euskal Herria». Esto es, la vieja pretensión de que las Fuerzas de Seguriad y el Ejército se vayan del País Vasco y Navarra. Con toda la trompetería mediática que se quiera, la banda terrorista vuelve a la Alternativa KAS que diseñó a principios de la década de los ochenta.
En otro momento, la organización criminal se delata y desvela las claves de su negativa a disolverse ya. Así, asegura que un acuerdo completo sobre estas cuestiones «traería el final definitivo de la confrontación armada». De ello se desprende que si no hay tal acuerdo no acabaría la «confrontación armada», dejando así abierta la puerta a un regreso a la actividad terrorista.
Firmeza del Ejecutivo
La organización criminal admite su desazón ante la firmeza del Ejecutivo de Rajoy al expresar su «preocupación» por la «involución», esto es, firmeza ante el chantaje, que advierte desde que el PSOE dejó el poder hace un año. En este sentido, la banda recuerda que desde hace tiempo su «delegación» espera a los gobiernos de España y Francia para que se sienten en una mesa de negociación.
Con todo, ETA insinúa que confía en la presión que puedan meter Sortu-Bildu Amaiur, cuando avisa de que «en la sociedad vasca hay fuerza suficiente para romper ese bloqueo». También muestra su confianza en seguir contando con la complicidad de sus aliados extranjeros: «Hay razones sólidas para que la comunidad internacional persevere en su esfuerzo por lograr una resolución», dice a los pocos días de la visita de Powell al País Vasco. Powel se reúne con Bildu y PNV, y crean una «comisión de seguimiento» sobre el cumplimiento de la «Declaración de Ayete» ETA exhibe como gesto su disposición al desarme y disolución, aunque con condiciones, y pide ayuda a sus aliados internacionales Previsto el Foro de Bayona, en el que se pretende reivindicar la «Declaración de Ayete»
Elena Valenciano, ayer, durante la reunión del Comité Regional del PSOE de La Rioja presó su convicción de que «solo hay un gobierno progresista posible en España, que es el que pasa por el PSOE». «El PSOE –añadió– es un partido de gobierno y, por eso, tiene que ser muy responsable y trabajar seriamente para que nuestra alternativa sea creíble, real y posible». Además, hizo un llamamiento a las bases del partido, la militancia y las agrupaciones locales para que sean «vasos comunicantes con la gente», ya que, si ello se consigue, el PSOE «será la alternativa de gobierno en las próximas elecciones».
Valenciano afirmó que la derecha española «no tiene una receta» para salir de esta situación. Y acusó al Ejecutivo de Mariano Rajoy de «estar construyendo una justicia, una sanidad y una educación para ricos y otra para los demás», algo que, en su opinión, «se había conseguido superar en España» con políticas socialistas.
ABC 25/11/12