LA RAZÓN, 27/12/11
ETA prepara un comunicado, previsto en principio para mediados del mes que viene, con motivo de cumplirse el primer aniversario (el 10 de enero) del alto el fuego «permanente, general y verificable». Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, la llegada al poder del PP y las posiciones que el nuevo Gobierno ha marcado respecto de la lucha antiterrorista podrían provocar un adelanto del pronunciamiento.
MADRID- En periodos de tregua, la banda realiza balances internos cada seis meses. En este caso, los expertos creen que los terroristas harán un repaso a lo ocurrido durante el último año, con los «avances», sobre todo para su «Frente Institucional», con la legalización de Bildu, su irrupción en ayuntamientos y otras corporaciones y la participación de Amaiur en las Elecciones Generales. En los otros «frentes», en especial en el de «makos» (presos) no se han producido logros, ni tampoco en lo que ETA llama la «desmilitarización» (salida de las Fuerzas de Seguridad y Ejércitos) del País Vasco y Navarra. Estos asuntos podrían estar incluidos en el texto que ultima el «aparato político».
La banda, según las citadas fuentes, aprovechará el comunicado para contestar a los requerimientos que le han formulado el nuevo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro del Interior, en el sentido de que debe anunciar su disolución irreversible. Fernández Díaz dejó claro que, mientras no se produzca, se mantendrán operativos todos los mecanismos de la lucha antiterrorista. Significativas fueron en este sentido las palabras de Su Majestad el Rey en su Mensaje de Navidad, en las que subrayó que «ahora es ya tiempo de que los terroristas entreguen sus armas asesinas y desaparezcan para siempre de nuestras vidas», con un «recuerdo emocionado a quienes más han sufrido esta tremenda injusticia, las víctimas del terrorismo».
Del contenido de esa respuesta se podrá deducir cuál va a ser la estrategia de ETA a corto y medio plazo. Si mantiene los postulados de sus últimos pronunciamientos, en el sentido de exigir a España y Francia la apertura de negociaciones para abordar el asunto de la citada «desmilitarización» y de los presos y, paralelamente, el inicio de conversaciones en una «mesa de partidos», para debatir los pasos que conduzcan a la independencia del País Vasco y Navarra, se confirmará el inmovilismo de los pistoleros y, lo que podría ser más preocupante, la asunción de un mayor protagonismo en detrimento de Batasuna. En el caso de que mantuvieran posturas «posibilistas», se podría interpretar como una puerta abierta para que prosiga, aunque, lógicamente, con distintos contenidos, el «proceso» que ETA inició con socialistas y nacionalistas durante la anterior legislatura.
Desde que el PP ganó las elecciones han sido constantes las presiones para que el nuevo Gobierno se ajuste a la «hoja de ruta» pactada en dicho «proceso», algo que no va a ocurrir, según aclaró de forma contundente el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la sesión de investidura, al contestar al representante de Amaiur, Iñaki Antigüedad. Entre las presiones más llamativas que ha recibido el PP, está la del abogado surafricano Brian Currin: llegó a amenazar a Rajoy con echarle encima a la opinión pública internacional si no seguía con el guión del «proceso».
Basagoiti informa a Fernández
El ministro del Interior, Jorge Fernández, se entrevistó ayer en la sede del Ministerio con el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, para recibir información sobre la situación en el País Vasco y analizar el escenario que se ha abierto con el anuncio de ETA del cese definitivo de sus atentados. Fernández completará el organigrama de su Departamento entre los dos próximos Consejos de Ministros, paso fundamental para poner en marcha una revisión completa de la situación y hacer un estudio de la información que le suministren los máximos responsables de las Fuerzas de Seguridad del Estado. En el PP vasco están convencidos de que cuanto más tiempo pasa sin que ETA atente, más difícil se le hace volver a las armas. Pero también creen que ese silencio sigue escondiendo detrás un proyecto para reforzar su presencia política y las exigencias soberanistas. Es decir, que ETA continúa sin haber renunciado a aquellos objetivos por los que ha estado matando durante más de 50 años, sólo que ahora, a la fuerza, ha tenido que cambiar de estrategia para seguir luchando por ellos. Hay informaciones que apuntan a una pugna en ETA entre los que quieren seducir al nuevo Gobierno y los que quieren amedrentarlo y, por eso, el escenario futuro está tan abierto. La posición del nuevo Gobierno será mantener la exigencia de disolución y entrega de las armas.
LA RAZÓN, 27/12/11