ETA prepara un «desarme» parcial, que el Gobierno consideraría «insuficiente»

ABC 11/02/13

· A Ezpela, Ternera y Plá les caduca la carta para residir en Oslo donde hablan con mediadores.

· Solo pistolas obsoletas Los expertos descartan que ETA anuncie ahora la entrega de toda sus armas y material explosivo.

ETA podría anunciar próximamente un gesto relacionado con un «desarme» parcial que el Gobierno vería en «la buena dirección», aunque «insuficiente» ya que mantiene la exigencia de su disolución y entrega de todas las armas incondicional. Sin embargo, la firmeza adoptada por el Ejecutivo, que no se pliega a las exigencias de los «verificadores» para que «mueva ficha», es compatible con una flexibilización de la política penitenciaria, que pasaría por un acercamiento gradual de presos etarras al País Vasco y Navarra.

Algunos «verificadores internacionales» visitaron en secreto el País Vasco a finales de enero para entrevistarse con representantes del PNV, Aralar, Alternatiba y Sortu, a quienes transmitieron que en las últimas reuniones mantenidas en Oslo, los cabecillas de ETA se han comprometido a realizar a corto plazo un gesto en materia de desarme. Los medios de la lucha antiterrorista consultados por ABC descartan que la banda vaya a anunciar una entrega total de las armas y, mucho menos, su disolución. Se inclinan por la hipótesis de que a través de un comunicado informe de la ubicación de varios «zulos» o, sin más, especifique el lugar donde ha depositado parte de su arsenal. Quizá explosivo con fecha de caducidad y armas obsoletas, porque los expertos antiterroristas dudan de que vaya a poner a disposición de los «verificadores» pistolas utilizadas en atentados o en enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad, que implicarían en crímenes a sus propios pistoleros.

Presiones sobre la banda

Los expertos coinciden en que ETA es consciente de que se le acaba un tiempo que al Gobierno le sobra. Y se le termina porque los «verificadores» le han exigido que dé ya pasos encaminados al desarme. Ello, porque en caso contrario sus labores de mediación quedan en entredicho. La propia «izquierda abertzale» también urge a la organización terrorista a que realice algún gesto en este sentido creyendo que así forzará a Rajoy a salir de su «inmovilismo». Además, crece la confusión y ansiedad entre los militantes de la banda, que exigen a la dirección una salida del «impasse». «Para estar de brazos cruzados cerramos la persiana y nos disolvemos», vendría a ser su postura. Pero hay un elemento que acelera los plazos y estrecha, aún más, el campo de maniobra de los cabecillas de ETA. Iratxe Sorzábal y David Pla, acompañados de «Josu Ternera», en su condición de «asesor para la negociación», se encuentran en Oslo al amparo del Gobierno noruego y de diversas fundaciones dedicadas a la «mediación de conflictos». Y, según fuentes consultadas por ABC, en breve les caduca su permiso de residencia y, con ello, sus oportunidades. Podrían ser expulsados de Noruega lo que facilitaría su detención.

En el caso de que ETA anuncie un «desarme», parcial o simbólico, el Ejecutivo consideraría que «va en la buena dirección», pero a todas luces aún insuficiente. Es decir, evitaría ignorar de manera absoluto el gesto de la banda, responder con un «no» como si nada hubiera ocurrido, pero mantendría la exigencia de que al final lo único que le vale es la disolución y entrega de las armas de manera absoluta, definitiva y sin condiciones. No se descarta que ante la firmeza del Gobierno, ETA amague en un comunicado posterior con el regreso al terror, pero quedaría en eso, en amago. Aunque nunca se puede descartar una futura escisión.

 

Acercamiento gradual de presos.

Desde el Gobierno se considera compatible la firmeza para no ceder a las exigencias de ETA con una flexibilización de la política penitenciaria. El asunto lo abordó Rajoy en su reciente encuentro con el lendakari, Iñigo Urkullu. Así, el Ejecutivo estaría dispuesto a un progresivo acercamiento de presos a cárceles del País Vasco y Navarra. Sería dentro de la Ley y, además, no supone claudicación o contrapartida a la banda. La dispersión se inició a mediados de la década de los ochenta porque una ETA en plena actividad terrorista intentaba controlar a sus presos. Tras el cese definitivo de la actividad terrorista, las circunstancias han cambiado. En España hay algo más de 400 presos etarras. Desde el punto de vista logístico, las cuatro cárceles del País Vasco y Navarra podrían ir acogiendo a un número significativo. Otros serían recluidos en Logroño, Burgos o Cantabria. Y el resto, los «duros», más alejados.

ABC 11/02/13