ABC, 4/8/2011
Los cargos electos de la coalición siguen con la máxima lealtad la «hoja de ruta» que les impuso la banda para que transitaran por las instituciones.
«La coalición no firmará ningún tipo de comunicado con los violadores de los Derechos Humanos (PP-PSOE-PNV) para denunciar la violencia de ETA». De esta manera tan contundente lo ordenó la banda, y de forma tan sumisa lo acata Bildu, como se está demostrando con su negativa a respaldar las mociones promovidas por el PP para que los ayuntamientos del País Vasco y Navarra condenen los 857 asesinatos de los «Txomin», «Ternera», «Potros», «Txeroki» o «Thierry», y sus secuaces.
Desde las instituciones, los nuevos cargos de Bildu han seguido y siguen al pie de la letra las consignas impuestas por la banda. Así, en el denominado documento «EAren proposamenaz II» (Sobre la propuesta de EA), la organización criminal aconseja a la coalición independentista cómo debe afrontar los atentados para garantizarse su permanencia en los ayuntamientos. «La coalición tiene que denunciar cualquier violación de los Derechos Humanos, incluidas las ekintzas de ETA», pero también «al violador principal de los Derechos Humanos y el origen de la violencia: los estados de España y Francia». Pues bien, tras la manifestación convocada por Bildu el pasado 2 de julio en San Sebastián a favor de la absolución de Arnaldo Otegi y demás acusados en el «caso Bateragune», se difundió una declaración, plagio de las directrices de ETA: «Queremos el respeto efectivo a los derechos civiles y políticos», leyó el ex director de «Egin» Xabier Oleaga. «No queremos políticas represivas de los estados español y francés contra nuestro país. No queremos la violencia de ETA, en general no queremos violencia política de ningún tipo», sentenció.
En el mismo documento, una banda chulesca reta a Bildu: «Acaso la coalición, ¿también tiene que participar en los homenajes a las víctimas españolas?». Está claro, a la vista de los hechos, que la respuesta de los bildutarras fue que no, porque ninguno de ellos, ni siquiera el diputado general de Guipúzcoa, Martín Garitano, acudió a la entrega de los «Premios Korta», en recuerdo del presidente de Adegi, Joxe Mari Korta, asesinado por ETA en el año 2000. Cuando se sienten presionados, los bildutarras dan largas y balbucean que «algún día tendremos que acudir a los homenajes de las víctimas». Ayer mismo, el diputado general dijo que aún «no estamos en ese tiempo» de reflexionar sobre el daño causado.
El pasado 26 de junio, el propio Garitano declaraba que «pedir la disolución de ETA no es el paso que hay que dar ahora». Y es que en el documento «Prodem», la banda deja claro que, aún superado el «conflicto vasco», «ETA no desaparecería. Continuaría como Organización política dentro de la izquierda abertzale».
El omnipresente Garitano manifestaba el 4 de julio, muy poco convencido, que «ETA ha dejado las armas». Y utilizó el simplista argumento de que el calificativo de «permanente» que la banda adjuntó a su «alto el fuego» es «sinónimo» de «definitivamente». Todo ello para eludir por enésima vez un emplazamiento a ETA para que se disuelva. El ex jefe de «Gara» sabe que en el «Prodem» ETA asegura que «no dará nunca las armas al enemigo, ni las romperá, las guardará». En el informe «EAren proposamenaz II», la banda afirma que Bildu «debe pedir el comienzo de las negociaciones». Pues bien, en el discurso de investidura, Garitano emplazó al Ejecutivo a abrir un proceso de diálogo para solucionar el «conflicto».