EL CORREO 28/04/13
Reprocha a la izquierda abertzale que «no se haya convertido en protagonista» del proceso y que «la mayoría haya optado por el papel de espectadores»
La organización terrorista ETA reconoce en el documento final de su debate interno –que mantiene desde el año pasado– que «la hoja de ruta» establecida en la conferencia de Aiete «no ha logrado imponerse», lo que le ha dado margen al Gobierno, al PP, al PSOE y al PNV para «desfigurar el proceso». La declaración realizada en San Sebastián en octubre de 2011 preveía que se abriera una vía de contacto entre los Ejecutivos de España y Francia con la organización terrorista, tras el anuncio del cese de la actividad armada, pero ambos gobiernos se han negado a secundar esa propuesta.
El documento está siendo sometido a votación en el seno de ETA a lo largo del mes de abril, un debate que se desarrolla con varios meses de retraso sobre el calendario previsto inicialmente debido a que las aportaciones por parte de los miembros de la banda han sido reducidas. Al parecer, la dirección optó por esperar a nuevas consideraciones de sus integrantes.
El texto sometido a votación admite que entre los miembros de ETA existe «mucha preocupación y dudas respecto a la situación política y la apuesta». En este sentido, realiza una velada crítica a las organizaciones de la izquierda abertzale al entender que «los agentes y la mayoría favorable a la solución no han logrado convertirse en protagonistas activos del proceso y, en lugar de influir en la situación, la mayoría han adoptado el papel de espectadores». Estas afirmaciones se han añadido en el transcurso del debate interno, ya que no figuraban en la ponencia básica que se distribuyó entre los miembros de la organización terrorista en la primavera del pasado año.
El nuevo documento indica que los firmantes del Acuerdo de Gernika han sido los principales defensores del «proceso», con el riesgo «de que se afiance la idea de que Aiete es la propuesta de una parte solo». ETA reconoce que se han realizado «importantes movilizaciones de masas». Ahora bien, cree que «la adhesión social y la activación popular que el proceso necesita no han sido lo suficientemente permanentes, tanto a favor de la solución global como en relación a la repatriación de los presos políticos y refugiados vascos».
El escrito ahonda en esta idea, y destaca la necesidad de conseguir «la cohesión política del movimiento de liberación». Señala que se están dando pasos para la reorganización de los «diferentes ámbitos de la izquierda abertzale». Sin embargo, asegura que «todavía siguen existiendo diferentes formas de entender la apuesta» por las vías exclusivamente políticas realizada y que esa situación «genera dudas» y dificulta «el camino para unir y liberar todas nuestras fuerzas».
«Habrá que reforzar los medios para la participación y para profundizar en el trabajo compartido que hay que realizar con la militancia, los compañeros y toda la base social», añade ETA, que advierte a Sortu de que «tiene que hacer frente a la situación y al desafío que tenemos por delante».
«Desbarajuste»
La ponencia insiste en la idea de «bloqueo» que ETA ya denunció en su último comunicado. La banda terrorista acusa a los gobiernos de España y Francia, al PP, a UPN, al PSOE y al PNV de desarrollar «una iniciativa conjunta para ralentizar y desfigurar el proceso, con la intención de dirigir toda la presión hacia la organización y la izquierda abertzale». ETA incluye dentro de esta estrategia iniciativas como el plan de reinserción de los presos aprobado por el Ministerio del Interior; la ponencia de paz constituida en el Parlamento vasco, con presencia de PNV, PSE y EH Bildu; la constitución por parte del anterior Ejecutivo de Vitoria de la figura del comisionado de paz y convivencia o el Congreso sobre la Memoria celebrado en Bilbao el pasado año a instancias del Gabinete de Patxi López. La banda considera que se trata de un «desbarajuste de iniciativas» con el que, a su juicio, se pretende «ocultar Aiete» e instalar la idea de que «el problema está en la actitud de la izquierda abertzale». «El Gobierno de España y el de la CAV han querido representar que la iniciativa era suya, mientras el PNV ha aparecido como interlocutor imprescindible», critica el documento de ETA. La banda va incluso más allá y acusa a las instituciones de «continuar con la represión y la situación excepcional» para «parar la fuerza de la izquierda abertzale».
El debate en las filas de ETA se inició el pasado año con el objeto de decidir si se ratificaba o no el cese de la actividad armada realizado el 20 de octubre de 2011. La dirección elaboró un «Informe básico», fechado en el mes de marzo de 2012, que constituyó la ponencia oficial que ha servido como guión de la discusión. El calendario inicial contemplaba el reparto del documento durante los meses de abril y mayo para que posteriormente los miembros de la banda presentaran sus propuestas, para elaborar un nuevo texto que se distribuiría entre septiembre y diciembre de 2012 y se votaría en los dos meses siguientes. El calendario previsto por la cúpula de ETA se ha ido retrasando y todavía se desconoce su resultado.