LA RAZÓN, 31/1/12
Son individuos de la banda que llevan mensajes cuyo contenido desconocen
MADRID-ETA, dentro de las labores de reorganización que realiza en Francia, ha logrado dar operatividad a su entramado de «enlaces», que le permite el contacto entre los distintos cabecillas que integran la «dirección». Asimismo, comunicar órdenes u otro tipo de consignas a los miembros de los distintos «aparatos», en especial el «político» y el «logístico», que son los más activos ahora.
Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, la banda cree saber que los modernos medios tecnológicos, como internet, son los han permitido muchas de las operaciones, en las que han sido capturados cabecillas y «comandos». Por eso, han decidido volver a los sistemas tradicionales.
Los «enlaces», que funcionan desde la misma fundación de ETA, permiten la transmisión de mensajes de persona a persona. El individuo que lleva el papel desconoce su contenido y se limita entregárselo a su destinatario. Las posibilidades de interceptación a través de internet, telefonía u otros medios tecnológicos, quedan anuladas.
Si ETA ha optado por sacar del «baúl» de los trastos viejos este sistema, no es, según las citadas fuentes, para buscar la fórmula de entregar las armas o pedir perdón a las víctimas, y, de paso, pagarles el dinero que les deben, sino para mantener labores organizativas.
La información obtenida por LA RAZÓN choca de plano con la nota que la autoproclamada «Comisión Internacional de Verificación», hizo pública días pasados, en la daba por bueno que ETA quería abandonar para siempre las actividades terroristas.
El robo de coches; la falsificación de documentos; las labores de aprovisionamiento (que el CIV olvidó en su nota), no son trabajos de mantenimiento, sino de reorganización. «Lo que ha hecho ETA es un cambio temporal de estrategia; ha apostado por las vías políticas. Mientras pueda ir avanzando hacia sus fines independentistas, mantiene arrinconada, hasta cuando les interese, la lucha armada», agregaron. No es de recibo que los miembros del CIV mantengan que robar coches; ir a Italia o París a comprar materiales para fabricar bombas; falsificar documentos; llevar armas al cinto; dispositivos de almacenamiento informático encriptados (en los que puede haber de todo, hasta objetivos de atentados), son labores normales de los que aspiran a dejar las armas.
LA RAZÓN, 31/1/12