Carlos Souto-Vozpópuli
Europa ofendida, vuelve a equivocarse, vuelve a abrazarse a la retórica
En Europa, hay gente que piensa que el discurso del vicepresidente de Trump, el discurso que le dedicó hace horas a la Unión Europea, fue, tal vez, demasiado duro. Sin embargo, creo que fue suficientemente realista y bastante respetuoso.
Habida cuenta de que la última vez que Trump les habló a los alemanes, (titanes y columna vertebral del UE) se le rieron en la cara. Ayer mismo vi a uno de aquellos asistentes terminar un discurso llorando, literalmente. Europa ha pasado de la risa al llanto y bien merecido lo tiene. Los de Vance fueron dichos basados en hechos. Lejos de las paparruchadas europeas de los últimos dos años, sobre todo.
Tal vez, lo que los afectase haya sido la ironía en la alusión a Greta Thunberg, que los ridiculizó soberanamente. Sin embargo, esto no es lo importante. Europa ofendida, vuelve a equivocarse, vuelve a abrazarse a la retórica, vuelve a afirmarse en la tensa relación que establece con casi todo el resto del globo terráqueo Hoy mantiene un sistema de tensiones geopolíticas inaceptable para un continente que, en teoría, goza de los sistemas de gobierno más avanzados del mundo.
Si Gila estuviera narrando la escena, imaginaríamos a Sánchez, con el teléfono rojo en la mano, llamando al Kremlin: «¿Es el enemigo? Que se ponga. ¿Podrían parar un momento la guerra? Es que estamos aquí en París…viendo si pedimos otro postre antes de redactar un comunicado de condena».
Mientras tanto, sigue en su papel. No en el terreno militar, claro, sino en lo que mejor sabe hacer: organizar reuniones. Ahí tenemos a Pedro Sánchez, el hombre que nunca pierde una cumbre, reunido con otros líderes europeos en una de esas reuniones que se imponen; porque luego del discurso de Vance, lo más urgente es otro comunicado conjunto, claro. Es evidente. Si Gila estuviera narrando la escena, lo imaginaríamos a Sánchez, con el teléfono rojo en la mano, llamando al Kremlin: «¿Es el enemigo? Que se ponga. ¿Podrían parar un momento la guerra? Es que estamos aquí en París…viendo si pedimos otro postre antes de redactar un comunicado de condena».
Europa debate, cena y condena. Necesita reinventarse en forma inteligente. Por el momento, lo que está haciendo es todo lo contrario.Todo un continente que está bajo amenaza por una guerra que transcurre en el centro de ese mismo continente, nada menos. Sin embargo, Europa dice apoyar a Ucrania en especial, y a los ucranianos en particular. No obstante, lo que uno puede preguntarse es: ¿Cuánto tiempo estuvieron los alemanes discutiendo si los tanques Leopard iban o no a Ucrania, mientras las bajas ucranianas crecían sin parar?
Mientras tanto, el gobierno woke de Biden no paraba de satisfacer todos los pedidos que Zelensky le hacía respecto a material bélico y dinero. Muchísimo dinero que hoy está siendo auditado con resultados bastante turbios. Inclusive Biden autorizó a Zelensky a atacar territorio ruso con armas de mediano alcance americanas. Fue la misma Europa la que evitó que eso sucediera. Porque ellos, profesaron una fe ciega en que “esto no va a escalar” como los franceses en 1939, convencidos que la Línea Maginot lo solucionaría todo. Spoiler: No lo hizo.
Está claro que el discurso de Vance no es el tema que hoy debería preocupar a los europeos. A los europeos en este momento, (a los que están en el poder al menos) lo que debería preocuparles es el cambio de signo, el cambio de paradigma, el descontento social generalizado y en franca expansión
De manera que Europa, que dice haber defendido a Ucrania y defenderla todavía, debería explicar cómo lo hace. Porque la verdad, es que no se nota. Lo hace sí, con la palabra, con un discurso que pretende sonar encendido. Aunque no tan encendido; porque los líderes europeos no quieren encender nada muy cerca de Putin, temen que cualquier chispa pueda hacer explotar cosas alrededor de ellos. De modo que hasta el verbo con el que la UE ha defendido a Ucrania fue descafeinado.
Está claro que el discurso de Vance no es el tema que hoy debería preocupar a los europeos. A los europeos en este momento, (a los que están en el poder al menos) lo que debería preocuparles es el cambio de signo, el cambio de paradigma, el descontento social generalizado y en franca expansión. El cambio de signo político brutal que se está dando en el viejo (hoy viejísimo) continente. Deberían ocuparse de dar la batalla cultural. Que es la madre de todas las batallas.
Tenemos a la vuelta de la esquina las elecciones alemanas, y allí, el ADF, se ha ceñido a decirle al pueblo lo que el pueblo necesita y anhela escuchar. La performance que presente el ADF en las elecciones de la semana que viene, va a ser la verdadera medida de prueba de qué tan enfermo está el actual liderazgo de la Unión Europea.
Luego veremos cuánto tiempo podría tardar en curarse siempre y cuando se aplicaran los tratamientos necesarios y se le diera a Europa la medicina política que necesita para reforzarse y renacer para volver a ser el faro cultural del mundo. Algo que parece hoy lejano. Churchill dijo una vez: “Los políticos deben ser capaces de predecir lo que pasará mañana, el próximo mes, y el próximo año y luego explicar por qué no ocurrió.”
Espero que en Bruselas tengan alguna explicación lista.