ABC 24/02/14
De los 28 destinatarios, solo Hungría y la Comisión Europea han contestado; cuatro países ni siquiera la han recibido, mientras que Francia se niega a contestar a un fax escrito en inglés
La política exterior de Artur Mas ya se cuenta por fracasos. El pasado 20 de diciembre, el presidente catalán envió una carta a 27 países europeos, así como a la Comisión Europea (CE), para informarles del referéndum sobre la independencia que pretende celebrar el 9 de noviembre y pedir su colaboración. «Confío que pueda contar con ustedes para tirar adelante este proceso democrático y pacífico», decía el dirigente nacionalista en su misiva. Dos meses después, solo Hungría y la CE han contestado a esa misiva, según ha podido saber ABC. Indiferencia por tanto al proyecto secesionista de Cataluña y revés a la búsqueda de complicidades del dirigente nacionalista.
Ni el gasto público destinado a la diplomacia catalana —16,5 millones de euros presupuestados para este año— ni el lobby británico contratado a tal efecto —con un coste de 360.000 euros— han logrado que el club europeo se sensibilice con la causa separatista. Ni tampoco, que los asesores de Artur Mas hayan aprendido los esenciales rudimentos de las relaciones internacionales, pues detrás de ese género epistolar se esconde más de una torpeza.
Por ejemplo, enviar a Francia un fax escrito en inglés no es precisamente la mejor forma de ganarse al país vecino, chovinista en asuntos de idioma. Si además ese fax contiene párrafos ilegibles, el error ya es de bulto. Por ello, los franceses no hacen acuse de recibo hasta que no les llegue la carta original. Se da la circunstancia de que el líder de CiU se jacta de ser un experto en poesía francesa y que es capaz de recitar de memoria a Baudelaire — no en vano estudió en el Liceo Francés—. Asimismo, el independentismo catalán ha llegado a plantear que en el futuro, Cataluña sea protectorado de Francia. Por contra, la insistencia en denominar «Cataluña norte» al sur fronterizo francés choca frontalmente con el centralismo francés que el presidente François Hollande pretende potenciar.
Cambios de gobierno
Otros tres países, Bulgaria, Croacia y la República Checa, ni siquieran han recibido la carta. Es lo que tiene utilizar un fax en plena era digital. Letonia, que junto con Croacia es uno de los países que Mas ha comparado con una hipotética Cataluña independiente —hay muchos más, pues el independentismo cambia de modelo cada dos por tres—, tampoco tiene constancia del envío y no se ha pronunciado sobre una eventual respuesta debido al cambio de su primer ministro.
Y es que los países receptores de la petición de ayuda del presidente autonómico tienen problemas internos mucho más urgentes que la solidaridad con este empeño independentista. Este es el caso de Italia, que sí ha recibido la carta, pero debido al reciente cambio de Gobierno, no sabe si contestará. Los otros 20 países no han respondido al escrito de Artur Mas, que concluía con la siguiente frase: «Estoy seguro de que puedo confiar en usted para fomentar el proceso pacífico, democrático, transparente y europeo en el que una gran mayoría del pueblo catalán está plenamente comprometido». Entre quienes han ignorado el mensaje se encuentran los principales líderes europeos, el británico David Cameron y la cancillera alemana Angel Merkel. Portugal, país que hoy visita el consejero de Presidencia de la Generalitat, Francesc Homs, para hacer proselitismo de la causa secesionista, también ha hecho caso omiso hasta ahora. Quien sí respondió fue el presidente dela CE, José Manuel Durao Barroso. Lo hizo para dar un nuevo portazo a Mas y asegurar por enésima vez y en unas breves líneas que «no es mi papel o el papel de la Comisión expresar una opinión sobre esta cuestión de organización interna relacionada con las acuerdos constitucionales de los Estados miembros».
En cuanto a las consecuencias de la secesión «en virtud del derecho de la UE, me gustaría reiterarle la posición que yo y otros miembros hemos expresado en reiteradas ocasiones». Esta es, que una Cataluña independiente saldría automáticamente de la UE.
Con su carta, el presidente autonómico pretendía dar la réplica al informe enviado a las embajadas por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, para advertir de las consecuencias de la ruptura catalana con España. Pero la labor diplomática del Gobierno catalán no se detiene ahí y, recientemente, se hizo público el informe titulado «Estrechar lazos en libertad» elaborado por el departamento que dirige Homs —de él depende el área de política exterior de la Generalitat— y enviado al ministro Margallo, en el que avisa de que frustrar las expectativas independentistas de Cataluña puede provocar una situación como la que ha vivido Ucrania. «A veces, para bien o para mal, algunas sospechosas verdades eternas políticas duran meses. Si además el debate se cierra en falso, puede desembocar en una situación como la que vive justamente Ucrania en estos momentos», decía el documento. Posteriormente, Homs tuvo que rectificar.