Euskadi-Galicia, la legislatura en juego

José Antonio Zarzalejos, EL CONFIDENCIAL, 28/8/12

La precipitación de las elecciones en el País Vasco era inevitable: López no estaba en condiciones de aprobar un presupuesto restrictivo porque, ni tenía arrestos para hacerlo, ni ayudas para que prosperase en el Parlamento de Vitoria. El caso gallego es distinto: Feijóo podía mantener la legislatura hasta marzo. Ha supuesto, sin embargo, que entonces la coyuntura en Galicia y en el conjunto de España será peor y ha decido, con la complicidad del Gobierno -como es natural-, engancharse al 21 de octubre y celebrar unas elecciones adelantadas el mismo día que en Euskadi. Nótese que tanto en una como en otra comunidad, la decisión de ir a las urnas en 2012 corresponde al PP. Indirectamente en el caso vasco (en mayo, el PP rompió allí el pacto de legislatura con el PSE); en el gallego, porque el PP dispone de mayoría absoluta. Han sido los populares los que han marcado los tiempos.

 

La doble operación es de alto riesgo. Por varias razones: 1) Los populares disponen de una mínima mayoría absoluta en Santiago de Compostela (38 diputados sobre 75) y revalidarla no será en modo alguno fácil, más aún si, como parece, determinadas familias del PP (en Orense, los Baltar) estarían tentadas de secundar la opción electoral que podría irrumpir allí inauguralmente de la mano de Mario Conde. Sin mayoría absoluta en Galicia, los populares difícilmente lograrían ostentar cuatro años más el gobierno, 2)los socialistas gallegos y el BNG atraviesan por horas bajísimas. El PSOE gallego consagrará a Pachi Vázquez como candidato el próximo sábado en una operación improvisada sobre la marcha y los nacionalistas gallegos transitan por una crisis que podría desembocar en una escisión, 3) en el País Vasco, el PP con 13 escaños ha dispuesto de una posición estratégica porque han complementado los 25 del PSE y alcanzado entre ambos los 38 (mayoría absoluta sobre 75 escaños). En este momento las encuestas ponen en duda, en muy seria duda, que el PP vaya a obtener el mismo resultado que en 2009; es más, apuestan por una ligera pérdida: 12 escaños. Además, con la entrada en el Parlamento de Vitoria de EH-Bildu (20-22 escaños) y los 16-17 del PSE (que perdería 8 ó 9 sobre los 25 actuales), el PP no haría mayoría absoluta aunque quisiese apoyar al PNV que no pasaría de 24 diputados, 4) si Feijóo pierde la mayoría absoluta y Basagoiti no logra un registro que le permita sostener el papel estratégico del PP  vasco, los populares morderían el polvo antes de que se cumpliese un año del 20-N 5) un fracaso en Galicia y en Euskadi el 21-O se añadiría a los de Andalucía y Asturias –ambos en 2012- y la situación del partido en general y del Gobierno en particular quedaría enormemente lesionada.

A Rajoy se le plantean dos órdagos este otoño: el del doble rescate (financiero y de la deuda) y el del examen de su gestión a los once meses de haber logrado la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados a través de dos autonomías de particular importancia política.

O sea, a Rajoy se le plantean dos órdagos este otoño: el del doble rescate (financiero y de la deuda) y el del examen de su gestión a los once meses de haber logrado la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados a través de dos autonomías de particular importancia política. Si pierde el primer envite –el electoral- quedaría demediado el gran éxito del 22-M de 2011, cuando el PP obtuvo en las autonómicas y municipales el mayor poder territorial de cuantos se han logrado en la democracia. Si no logra unas condiciones presentables en el segundo envite –el rescate-, se terminarían por venir abajo las ya mermadas expectativas de éxito que su gestión suscita. A todo ello ha de añadirse que CiU -totalmente reactiva a cualquier acuerdo con el Gobierno si antes Rajoy no acepta el principio negociador del pacto fiscal para Cataluña- podría apretar las tuercas y convocar también elecciones para principios de 2013, lo que generaría una auténtica implosión política porque allí el PP carece en estos momento de chance, no ya para repetir los resultados que obtuvo en Noviembre de 2010, sino para situarse en un nivel aceptable en el Parlamento barcelonés. Si CiU adelanta a 2013 las elecciones, el efecto de ofertar a Rajoy dos años sin procesos electorales como ha aducido Feijóo -hasta 2014- se habría frustrado.

La decisión de Feijóo, subsiguiente a la de López, introduce al país -quiérase o no- en una dinámica electoral que resulta siempre tiempo-basura desde el punto de vista de la gestión de los asuntos públicos. Si el paso del PP y del Gobierno al asumir el desafío de romper con López y obligarle a adelantar elecciones y aceptar el diagnóstico de que en Galicia podría ganar ahora pero no en marzo resulta acertado, Rajoy respirará. Pero si los órdagos gallego y vasco salen mal al PP, y Artur Mas tira por la calle de en medio, el presidente y su Gobierno, en un contexto de desafección de su electorado, de desconfianza general y de enormes dificultades económicas y sociales, lo tendrá muy difícil para mantenerse y aguantar. No es exagerado afirmar que, tras la pérdida de Andalucía, con los nacionalistas radicalizados en el País Vasco y sin el bastión de Galicia, la legislatura 2011-2015 entraría en una fase de clara descomposición

José Antonio Zarzalejos, EL CONFIDENCIAL, 28/8/12