EL MUNDO – 17/05/16
· Acusan a la izquierda ‘abertzale’ de «despolitizar» su lucha y apelan a «dignificar» su militancia.
La descomposición del entorno proetarra comenzó cuando ETA anunció que abandonaba las armas, el 20 de octubre de 2011. Lo hizo dentro de las cárceles y fuera de ellas, en el corazón de la izquierda abertzale. El proceso se había iniciado en 2009, con la llamada Declaración de Alsasua en la que Batasuna apostó por vías pacíficas y democráticas. Lo hizo de la mano de Arnaldo Otegi quien, siete años de cárcel después, ha regresado para revitalizar, rehabilitar y resituar a una desnortada Sortu que intenta despojarse de su pasado cómplice con el terrorismo. Pero su vínculo de décadas con los presos de ETA empieza a pasarle factura.
Desde hace meses decenas de ex presos de ETA han manifestado su rechazo a esa transformación de Sortu, a ese abandono de su pasado y, sobre todo, a esa ruptura con el entorno de la banda, el significado de su lucha armada y el abandono de la calle como lugar de reivindicación. Cercanos al denominado colectivo ATA (Amnistia Ta Askatasuna–Amnistía y Libertad–), el próximo sábado darán un nuevo paso: su constitución como «proyecto político de unidad popular».
Se trata de un colectivo de medio centenar de ex presos y huidos de ETA críticos con la mutación de Sortu y que tras celebrar encuentros desde comienzos de año han decidido constituirse en asamblea, Askatasunaren Bidean–Camino de la libertad–. Denunciarán lo que consideran que ha sido un proceso de Sortu para «despolitizar» su lucha durante décadas en el seno de ETA y que ha ido más allá del final de la violencia terrorista, al incidir directamente en un «debilitamiento» profundo del denominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco, condenado, en su opinión, a una «grave crisis» al integrarlo «en el sistema». El nuevo proyecto político que estos ex miembros de ETA –fundamentalmente vizcaínos– presentarán quiere «mantener la dignidad de la lucha» que llevaron a cabo durante casi medio siglo de violencia armada, si bien descartan la vuelta a las armas.
Precisamente ayer, el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, aseguró que en el colectivo de presos de ETA se está produciendo una división entre los partidarios de desvincularse de la organización, reconocer el daño causado y pedir perdón, y los sectores más ortodoxos e inamovibles. Aseguró que pese a que no le preocupa «especialmente», sí le «ocupa» la posibilidad de que un cierto reducto de ETA esté dispuesto a volver a la violencia: «No creo que sea necesario ir más allá; no preocupa».
EL MUNDO – 17/05/16