Exageraciones

JON JUARISTI – ABC – 31/07/16

Jon Juaristi
Jon Juaristi

· Un negacionismo tácito se apodera de la opinión pública tras los últimos atentados.

Daesh ha desembarcado en Normandía. Como titular resultaría sensacionalista. Exagerado, pero menos que pretender que nada ha sucedido. Menos que pretender que el degollamiento de un cura octogenario no deja de ser un incidente lamentable, sí, pero poco significativo, atribuible a trastornos mentales causados a su vez por frustraciones de justas expectativas económicas en jóvenes fugitivos de países en guerra.

Los mismos medios que tras los atentados del 11 de marzo de 2004 se desesperaban por encontrar musulmanes para endosarles los muertos de Atocha se preocupan ahora exclusivamente de atentados de la extrema derecha europea que ni se han cometido ni se han anunciado. Es posible que se cometan, pero no probable en el estricto sentido lingüístico y ni siquiera en el estadístico. Tras los atentados de Atocha, el reciente premio Cervantes Juan Goytisolo auguraba represalias contra los inmigrantes musulmanes, e incluso un notorio musulmán autóctono, Abdennur Prado, me acusaba en una web islámica de andar preparando un Holocausto contra los musulmanes de Europa.

Pequeñas exageraciones disculpables en ambos excelentes muchachos, movidos seguramente por el temor a que la excesiva insistencia de la prensa en la condición musulmana de los autores de la matanza de los trenes tuviera consecuencias terribles para el resto de los musulmanes residentes en España. O en Europa, según Abdennur. Había que desactivar la amenaza, pero se pasaron un poco al conjurarla. Nada menos que con el espantajo de un previsible Holocausto de musulmanes.

Y además instigado por un judío (servidor de ustedes). Que exagerado, el tío. El caso es que yo había sido de los que más escépticos se mostraron ante los indicios que iban apareciendo de la autoría islamista de los atentados de Atocha, y a lo que entonces escribí en este periódico me remito. Pero recuerdo muy bien que, durante esos mismos días y, sin duda, mucho más sensatamente que yo, la izquierda en su conjunto, desde el PSOE a las ezkerras y esquerras secesionistas, no dejaba de avistar moros en la costa, en Lavapiés y donde hiciera falta, junto a casetes coránicas y cosas por el estilo, porque ya andaba negociando con ETA y le constaba que la banda no había sido la autora ni le convenía que lo fuera.

Bueno, han pasado doce años de aquello y ni holocausto islámico ni horrendos atentados de la extrema derecha, sino musulmanes matando musulmanes y cristianos en la Casa del Islam y musulmanes matando cristianos, moros y judíos en la Casa de la Guerra. ¿Novedad? Que ya nadie en Europa ve musulmanes en los autores de los atentados, acaso por motivos análogos a los que inspiraron a Goytisolo (Juan) y Prado (Abdennur) sus piadosas exageraciones. Hombre, quizá generalizar sea exagerado.

Quizá los de algún partido con mando en diversas plazas no quieran que se comparen las fechorías de sus asaltantes de capillas universitarias («¡Arderéis como en el treinta y seis!») con salvajadas medievales a lo Almanzor, como la perpetrada en la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray esta misma semana. Sería una exageración poner unas y otras al mismo nivel, por supuesto. Pero compararlas, ¿por qué no? La diferencia, por grande que se pretenda, sólo es de grado, sin metáforas. François Hollande ha afirmado que matar curas no es propio de republicanos franceses. Sobraba la explicación. Ya lo sabíamos.

Por lo menos desde la Tercera República, el principio de no matar curas ni desterrarlos se cumplió a rajatabla en Francia (en España, no tanto) También estaba más o menos claro que los asesinos de Jacques Hamel no eran republicanos franceses, aunque nadie se atreva a decirnos qué demontres eran.

JON JUARISTI – ABC – 31/07/16