«Hemos adoptado el mismo sistema de Selectividad que se hace en Cataluña». Así justificaba ayer la Universidad de las Islas Baleares (UIB) el método para introducir el castellano en las preguntas de la Pruebas de Bachillerato de Acceso a la Universidad (PBAU), que se celebran estos días. «Un cambio menor», minimiza la vicerrectora de Estudiantes, Margalida Payeras, pese a que por primera vez los alumnos de las Islas tendrán libertad lingüística, ya que hasta ahora todos los exámenes, excepto de lenguas, estaban en catalán.
La vicerrectora encaja así las críticas por parte de los docentes nacionalistas de las Islas –parte de ellos son miembros del tribunal que corrige y supervisa estas pruebas–, que lo consideran un «cambio injustificado e inadmisible» que relega el catalán a «lengua secundaria y prescindible» y que «fomenta el odio y la fobia» contra este idioma.
Sin embargo, este derecho hasta ahora inexistente no es pleno, ya que sólo se puede ejercer si el estudiante, una vez dentro del aula y con el examen de catalán encima de su mesa, reclama expresamente que se le cambie por una prueba en castellano, a sabiendas de que parte de los docentes no lo ve con buenos ojos. «Se repartirá a los alumnos que se quejen», ordenó el presidente del tribunal, Joan Stela, la semana pasada al resto de docentes, mientras despotricaba contra este «experimento abocado al fracaso», cuentan fuentes presentes en este encuentro.
La vicerrectora Payeras ha tenido que lidiar con el boicot desde dentro, pero ha sido muy clara con el tribunal y ha ordenando que se repartan los exámenes en catalán y guarden unas pocas fotocopias en castellano para los insurgentes. Previamente, han de informar a los estudiantes de que existe la traducción en castellano. Aunque algunos profesores del Tribunal de Selectividad contrarios propusieron no informar a los estudiantes de esta novedad, Payeras fue rotunda y les indicó que era obligatorio.
Así se hizo ayer en el primer día de la PBAU.Los docentes de la sala informaron previamente a los alumnos de que había exámenes en castellano. «En una de las salas, uno de los estudiantes preguntó si le bajarían la nota por pedirlo en esta lengua», cuenta un estudiante a este rotativo. El profesor respondió que no y varios lo solicitaron.
El temor entre los alumnos es que se les castigue por elegir el castellano en estas pruebas. Creen que les puede perjudicar si el examen lo corrige uno de los docentes nacionalistas que tratan de boicotear esta medida. De hecho, cuatro vocales del tribunal renunciaron el pasado viernes, entre ellos el profesor de catalán Jaume Sastre, fundador del sindicato UOB y conocido por su huelga de hambre contra el trilingüismo del Govern del popular José Ramón Bauzá en la legislatura pasada y por defender la tesis de meter en «barcos de rejilla» a los «forasteros». Payeras afirmó ayer que se les ha sustituido por cuatro suplentes y que no ha habido más renuncias.
Mientras tanto, el Tribunal de Selectividad se ha arrogado la obligación de notificar los exámenes entregados en castellano sobre la hoja de control de exámenes. Pretenden con ello justificar la previsible poca demanda en esta lengua.
Ante esta situación, la Fundación Círculo Balear (FNCB), entidad defensora del bilingüismo, impugnará las instrucciones de la selectividad de este curso al considerar que vulneran los derechos de los alumnos. Recuerda que la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut y varias sentencias del Tribunal Superior catalán establecen que no se ha de obligar a los castellanohablantes a pedir expresamente el examen en castellano y que «los ejemplares deben estar a disposición del alumno en igualdad de condiciones».
La entidad, que ya impugnó en 2014 la normativa del Tribunal de Selectividad y desde entonces reclama el cese de la discriminación lingüística, anima a PP y Cs a que acudan a la Justicia. «Era muy ingenuo pensar que la educación controlada por el separatismo catalanista respetara los derechos de los hablantes», lamenta el presidente de la FNCB, Jorge Campos.